«Las heridas del ''apartheid'' aún no están curadas y vivir aquí supone aceptar mucha desconfianza»

La Voz de Galicia, C.?F., 06-06-2010

entrevista | ricardo covelo | Traductor y técnico de desarrollo

Traductor y técnico de desarrollo, el vigués Ricardo Covelo se considera un culo de mal asiento, lo que le ha permitido conocer más de 30 países. Recaló en Sudáfrica por su interés por la agricultura ecológica y la viticultura. Colabora en el marco de la red Wwoof con un viticultor que produce vinos biológicos en la región del Boland (Cape Winelands), una de las regiones vitivinícolas por excelencia del país.

- ¿Cuáles son las ventajas y los inconvenientes de vivir en Sudáfrica?

- La mayor ventaja es tener a mi alcance toda la belleza natural, que alcanza cotas increíbles en la región del cabo occidental. Además, me resulta atractivo acercarme a una realidad cultural tan diversa y complicada, en la que coexisten hasta 11 idiomas oficiales, y observar cómo evoluciona el país después de solo 15 años de democracia y con el fin del apartheid aún tan cerca. Al mismo tiempo, este es uno de los mayores inconvenientes. Las heridas no están curadas y vivir aquí supone aceptar mucha desconfianza y muchas barreras. Es difícil no ser permanentemente consciente del color de tu piel, algo en lo que uno rara vez piensa cuando está en casa. Sin embargo, el mayor de todos los problemas es la violencia, que alcanza niveles espeluznantes, a pesar de que esté restringida a algunas ciudades y, en general, a las townships o guetos africanos.

- En qué nos parecemos gallegos y sudafricanos?

- Primero habría que responder qué es un sudafricano. Este país tiene una diversidad étnica muy grande y las diferentes comunidades se dan mutuamente la espalda, ya no solo entre blancos y negros, si no también entre xhosas, zulúes, afrikáners, descendientes de británicos, mestizos (coloureds), tswanas, etc? Por lo tanto, me parece que actualmente el término sudafricano significa poco más que un pasaporte y una bandera común.

- ¿Qué es lo que más echa de menos de Galicia?

- A la familia, desde luego, y la sensación de seguridad y tranquilidad. Creo que los gallegos deberíamos saber apreciar eso porque, después de más de 30 países, Galicia sigue siendo uno de los lugares más pacíficos y menos violentos que conozco. Y además, lluvias aparte, la naturaleza nos suele respetar: ni terremotos, ni tsunamis, ni tornados.

- ¿Qué saben los sudafricanos de Galicia?

- Los hay que conocen el Camino de Santiago y he encontrado a algunos que hasta lo han hecho alguna vez.

- ¿A qué te adaptó rápidamente y a qué cosas nunca se adaptará?

- En general, me suelo adaptar bastante rápido en todas partes. Por decir una cosa, aquí me adapté muy rápido a conducir por la izquierda A lo que creo que siempre me costará adaptarme es a la inseguridad. Y también a las barreras étnicas y sociales. Pero, en cualquier caso, nunca es una palabra muy grande. Para bien o para mal, el ser humano al final se adapta a casi todo…

- ¿Qué es lo último que ha enseñado a un sudafricano sobre Galicia?

- Les he hablado de nuestros vinos, especialmente del albariño do Rosal, que tanto echo de menos. Por otro lado, se muestran un poco sorprendidos cuando les digo que en España tenemos varias lenguas oficiales y que en Galicia hablamos gallego.

- ¿El Mundial logrará un futuro mejor para el país?

- Soy bastante pesimista. Las heridas del apartheid me parecen todavía muy grandes y creo que pasará mucho tiempo antes de que el grueso de la población de origen africano pueda disfrutar de un nivel de vida similar al de sus compatriotas de origen europeo, y de que se solucionen los graves problemas de violencia. Creo que el Mundial será positivo, pero no implicará ningún cambio sustancial para el futuro.

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