La UE adoptó ayer un plan para impulsar el retorno de los inmigrantes irregulares menores de edad no acompañados a sus países de origen. La llegada de estos menores es un fenómeno en expansión que afecta sobre todo a España, Malta y Grecia. La Comisión Europea (CE) calcula que entre 50.000 y 100.000 menores sin acompañante llegan a la UE anualmente. La mayoría proceden de África Occidental, Somalia, Irak y Afganistán.

El plan, aprobado por el Consejo de Ministros de Justicia e Interior de la UE, establece una serie de criterios comunes para la gestión de esos inmigrantes irregulares menores, la identificación y los procedimientos para devolverlos a sus países de origen en el plazo más rápido posible.

Los Veintisiete rechazaron fijar un límite de seis meses para devolverlos a sus familias o concederles un estatuto de acogida, porque consideraron que ese plazo hubiera forzado a los países receptores a tener que acogerlos.