Inmigración y Nacionalismo, a debate > Ricard Zapata-Barrero Profesor de Ciencia Política en Pompeu Fabra

"Es fundamental que la sociedad vasca abra el debate de la inmigración"

Deia, J. Fernández, 04-06-2010

Bilbao. Declara para la eternidad que lo verdaderamente importante no es tener un origen común, sino un proyecto futuro en común; y se pregunta con acierto cuáles son las razones por las que cuando una persona cruza una frontera pierde todos o parte de sus derechos universales: “Es como si se hubiera subido en una máquina del tiempo para retroceder a épocas predemocráticas donde primaban los principios de nacimiento como fundamento de la articulación social y política”, comenta.

Dentro del seminario “Europa e inmigración: necesidad e incertidumbre” organizado por la Fundación Sabino Arana y el IDE, ha presentado una ponencia que une ese fenómeno social con el nacionalismo.

El objetivo es identificar los principales temas sobre los que articular un discurso nacionalista desde el punto de vista no estatal con el tema de la inmigración. Y aquí hay varias cosas. Una primera es tratar de identificar las preguntas que se puede hacer el nacionalismo estatal e intentar ver cómo el nacionalismo no estatal puede plantearse preguntas muy diferentes y dar respuestas muy diferentes en asuntos de inmigración.

¿Por ejemplo?

Pues todo esto puede afectar a dimensionar unos elementos de la política de inmigración que seguramente a nivel estatal no se dimensionarían de una forma tan explícita. Por ejemplo, la relación de la política de inmigración con la política de construcción nacional. Y sobre todo, en el apartado lingüístico. En el Estado español no hay una política lingüística para la integración de los inmigrantes.

La autonomía, la independencia… Ámbitos de gestión política más cercanos al ciudadano ¿podrían contribuir a mejorar la integración social de los inmigrantes?

Tengo varias tesis, no de peligro pero sí de avisos y desafíos, que hay que tener en cuenta porque se pueden producir y hay que incorporarlas a los discursos nacionalistas. Una de ellas es que hay una lógica de discurso nacionalista y de construcción nacional, me refiero sobre todo al nivel de Catalunya. Si el nacionalismo percibe que no tiene suficientes instrumentos políticos para proteger los efectos de la inmigración sobre su identidad puede llegar a pasar este límite de la construcción nacional a la construcción estatal. En Catalunya estamos a un paso de ello. No estoy diciendo que la inmigración lo provoque. Es un factor detonante para la inmigración se aborde desde una lógica estatal.

Perdone, pero no lo entiendo…

Esto pasa en Quebec, allí se habla de Estado quebecois incluso sin existir. Quiero decir que puede provocar una serie de discursos que pasen del nacionalismo al estatalismo, a la demanda de un Estado.

Bien. ¿Ese es el único aviso?

Otro es desde el punto de vista de la fragmentación de la sociedad. La sociedad nacionalista del País Vasco o de Catalunya comparten que son sociedades bilingües, con dos identidades: una estatal y otra no estatal pero nacional también. Ha habido una convivencia entre ellas y el tema de la inmigración puede provocar una fractura en las respuestas que pueda dar el nacionalismo a la inmigración.

¿Para tanto?

Por ejemplo, en Quebec se habla de sociedad dividida porque hay una parte que es inglesa y otra francesa y el inmigrante, cuando llega, debe optar por una o por otra. El conflicto es que se incremente aún más esa división. Eso no quiere decir que aquí se vaya a producir. Pero son esos dos límites los que hay que tener en cuenta a la hora de comenzar a hablar en un discurso nacionalista sobre estos temas.

La inmigración no tiene vuelta atrás. ¿Cómo debería gestionarse?

No vale la pena plantearse la inmigración cero… Este proceso está produciendo desafíos a nuestras sociedades democráticas muy importantes en términos de valores, de igualdad, etc. Hay una diversidad que está penetrando en todas las esferas de la sociedad. Esta diversidad está provocando muchos cambios, de mentalidad principalmente, pero también institucionalmente.

Explíquese.

En este proceso, un discurso nacionalista debe plantearse todos estos retos asumiendo que la inmigración no se irá y que, por lo tanto, lo más preocupante no son las dificultades que puede tener el inmigrante para integrarse, sino cuando una sociedad pone límites y no deja a los inmigrantes que se integren.

¿Algún ejemplo?

En Francia no dejan que el inmigrante, que ya no es inmigrante sino que es francés pero que es marroquí o argelino, no pueda ascender socialmente u optar a determinados puestos, escuelas, etc. Es la sociedad la que provoca el conflicto.

Pero en Euskadi, por poner otro ejemplo, nunca ha ocurrido nada igual. Al menos que haya trascendido públicamente…

El nacionalismo debe intentar poner los puentes para incluir a los inmigrantes dentro de la sociedad vasca. En el nacionalismo vasco, sabemos que no hay solamente uno sino que hay muchos, debe haber una variedad de respuestas a estos temas de la inmigración. Esto sería la correcto.

Así lo ha transmitido.

Me ha sorprendido que la sociedad vasca no se haya planteado de forma más directa el tema de la inmigración y que haya obviado este tema. Celebro que comience a introducir este tema en la agenda del nacionalismo como está haciendo la Fundación Sabino Arana. Se generará debate en los partidos y comenzarán a formular un discurso sobre este asuntos porque la sociedad lo está pidiendo.

Alude a los partidos políticos…

Es fundamental que la sociedad vasca y los partidos vascos nacionalistas entren en este juego con serenidad, mucha prudencia y por qué no, provoquen unos encuentros con otras formaciones catalanas por ejemplo para ver cómo se pueden abordar estos temas.

¿Compartir experiencias?

El nacionalismo catalán y el vasco tienen mucho que compartir en estos temas con respecto a las negociaciones con el Estado, sobre quiénes y cuántos entran a nivel de frontera porque es el Estado quien lo decide, al igual que decide quién es español. El Estado está tomando unas decisiones que después afectan a las identidades y a las naciones no estatales y hay que buscar mecanismos de participación para contestar a esas preguntas: quiénes y cuántos. Hay temas muy candentes…

Póngame un ejemplo.

El tema de la ciudadanía. ¿Por qué el Estado otorga la ciudadanía a los inmigrantes sin que los otros nacionalismos tengan ni voz ni voto?

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