Un grupo de inmigrantes, arropados con mantas, ayer, en el puerto de Cartagena. :: ANTONIO GIL / AGM

Desgraciadamente, con la inminente temporada de verano llega también la de pateras. Pasan los años, y no cesa el drama humano de los argelinos que, rumbo a España, se lanzan al mar en un bote en busca del progreso y quién sabe si de la supervivencia. Ayer, hacia las nueve de la noche, al atardecer, diez hombres del otro lado del Mediterráneo arribaron exhaustos y abatidos al puerto de Cartagena, adonde les llevó Salvamento Marítimo con la escolta de los agentes del Servicio Marítimo de la Guardia Civil. Les habían apresado en alta mar, a diez millas al sur de Cabo de Palos. A su llegada al muelle de Santa Lucía, voluntarios de Cruz Roja les dieron mantas y alimentos, antes de su traslado a las dependencias de la Comisaría de Policía Nacional. Serán puestos a disposición del juez para su previsible expulsión del país por entrar en él de forma irregular.

El dispositivo de emergencia se puso en marcha dos horas antes, cuando agentes de Vigilancia Aduanera avistaron la embarcación de los argelinos (todos ellos mayores de edad y en buen estado de salud) y avisaron a Salvamento Marítimo. Desde este organismo llevaron a la zona la embarcación ‘Salvamar Mimosa’, donde fueron embarcados los inmigrantes. Los llevaron al puerto junto con la patrullera de la Benemérita ‘Río Guadalentín’.

Al cierre de esta edición, habían sido localizadas dos pateras más, con 28 inmigrantes. Una de las embarcaciones volcó y sus 12 tripulantes tuvieron que ser rescatados por la Guardia Civil. En la otra viajaban varios niños. Anteayer llegó otra patera con 22 argelinos, cuatro de ellos menores.