Otras dos mujeres han pasado en las últimas horas a engrosar el dramático listado de víctimas de la violencia machista, un negro balance que este año ya suma 29 fallecidas a manos de sus parejas o ex compañeros sentimentales, ocho más que el mismo periodo de 2009. Los últimos episodios han ocurrido en Sevilla y Gerona y, en ambos casos, existían antecedentes de maltrato, aunque ninguna de las mujeres había denunciado a su agresor. No es la única coincidencia: las dos fueron acuchilladas y ambas habían decidido romper la relación que las unía a su verdugo.
Dicen los expertos en violencia de género que una ruptura suele convertirse en una sentencia de muerte para la mujer maltratada. En el caso de Guadalupe B. M., de 41 años, sus familiares eran conscientes del maltrato que le infligía F.M.P., de 35, pero «nunca» imaginaron este trágico final. «Salieron dos o tres meses y le echó de casa. Cuando él quiso volver con ella, comenzaron las agresiones», explicó el padre de la víctima.
Guadalupe, más conocida como Lupe en la localidad sevillana de Pruna donde vivía y ocurrieron los hechos, murió como consecuencia de las decenas de puñaladas que le propinó su ex novio con un cuchillo de cocina de unos 20 centímetros de hoja. Hasta entonces, Lupe sufrió un auténtico infierno de agresiones y amenazas. «Estaba muy asustada porque él la seguía por todas partes».
F.M.P. atacó a su víctima cuando ésta acababa de volver de su trabajo como limpiadora. La Policía investiga si Lupe le dejó pasar a su casa o si entró por la terraza. En el momento de los hechos, no había nadie más en la casa: la mujer tenía tres hijos, dos de los cuales viven en Cataluña con su padre, mientras que la pequeña estaba en ese momento con sus abuelos. «¿Cómo le decimos a la niña, con cuatro añitos, que su madre ya no existe?», sollozaba el abuelo.
En plena calle
Sólo unas horas después, la historia se repetía en Salt (Gerona). Una mujer marroquí de 46 años, Farida B., moría en plena calle cosida a cuchilladas. El presunto autor de crimen es su marido, El Hassan A., de 53, que actuó de forma premeditada: cuando se entregó a la Policía, facilitó a los agentes tres cartas, una de confesión y otras dos dirigidas a sus hijos y la profesora de éstos. Al parecer, el hombre había denunciado por abandono del hogar a la mujer, que realmente ella se fue de casa por no soportar más el acoso psicológico al que era sometida.
Ayer, la mujer acababa de dejar a su hijo pequeño, de 8 años, en el colegio, cuando su ex pareja la abordó en medio de la calzada y le asestó cinco puñaladas en el pecho. La alcaldesa de Salt, Yolanda Pineda, explicó que la mujer acudió a los servicios sociales hace dos años para pedir comida, y que fueron los asistentes quienes detectaron el maltrato psicológico. Los responsables municipales le recomendaron que denunciara estos malos tratos, pero la víctima optó por no acudir a la Policía y separarse.