Un vecino de Santa Coloma denuncia al exalcalde Muñoz por acoso inmobiliario

El Periodico, EL PERIÓDICO, 31-05-2010

El exalcalde de Santa Coloma de Gramenet Bartomeu Muñoz tiene una nueva cuenta pendiente. Un vecino del municipio que gobernó lo ha denunciado por acoso inmobiliario, que además afirma que se vio salpicado por tintes racistas. En concreto, le atribuye cohecho, prevaricación, acoso y falsedad documental.
José Enrique L. A., dueño de tres locales en el barrio del Fondo que albergan celebraciones y que suman 3.000 metros cuadrados, declaró como testigo tras la detención de Muñoz por el caso Pretoria. La Guardia Civil quería conocer el porqué de varias denuncias que presentó contra el entonces alcalde. El propietario relató que en mayo del 2007 el consistorio inició una serie de actuaciones que él consideró que iban dirigidas a hacerse con sus inmuebles, informa Efe. Según su versión, el entonces concejal de Urbanismo, Manuel Dobarco, también imputado, y la segunda teniente de alcalde, Carmen Moraria, que renunció al cargo tras la elección de Núria Parlon como alcaldesa, se interesaron por los locales pero no concretaron una oferta.

CASI A DIARIO / Poco después, recibió una resolución en la que se le exigía la reparación de varias deficiencias en el plazo de un mes. En septiembre, el dueño se reunió con Dobarco, que le afeó que permitiera la celebración de bodas gitanas y que incluso le amenazó: «No descansaré hasta echarte de Santa Coloma. Te enviaré a la policía local a diario». Dicho y prácticamente hecho: desde octubre del 2007, recibió más de 30 visitas de la policía local, sobre todo cuando se celebraban actos a los que asistían foráneos. Así, los agentes interrumpieron la puesta de largo de una menor peruana, el banquete de bodas de una pareja boliviana y varias fiestas de la comunidad gitana.
El consistorio impuso limitaciones horarias al negocio y el cierre al público de una parte de los locales. El propietario emprendió entonces obras de insonorización, pero los representantes del ayuntamiento ni siquiera acudieron para comprobar su ejecución. Y el dueño denunció a Muñoz, Dobarco y Moraria.

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