Muere calcinado un trabajador rumano en un barracón usado como dormitorio

Junto a la víctima había otras cuatro personas que pudieron ponerse a salvo. Nicolae Tasca residía en Madrid y viajaba a Sevilla de lunes a viernes para trabajar

ABC, JOSÉ L. GARCÍA / A. MALLADO. ALCALÁ DE GUADAÍRA, 27-05-2010

Un ciudadano de origen rumano, Nicolae Tasca, de 43 años, pereció ayer de madrugada en la localidad sevillana de Alcalá de Guadaíra al incendiarse el barracón que compartía como dormitorio con otros cuatro trabajadores —dos sudamericanos y dos españoles—, cifra que la familia del fallecido, residente en Madrid, eleva a más de una docena, la mayor parte de las cuales estarían irregularmente en España.
El fallecido residía junto a su esposa en el pueblo madrileño de Parla, si bien se desplazaba a Sevilla de lunes a viernes para trabajar en una empresa de construcción que tiene sede en Colmenar Viejo.
El suceso se produjo durante la madrugada de ayer, poco antes de las cinco de la madrugada, en una nave cercana a la carretera A-376, en la zona conocida como Pinos del Nevero.
Las primeras informaciones apuntaban a que junto al fallecido se encontraban otras cuatro personas, todas extranjeras, lo que desde el primer momento hizo sospechar a la Policía que algo extraño rodeaba el siniestro. De hecho, la Policía Científica está trabajando para lograr determinar las causas del incendio, a la vez que la Brigada de Extranjería ha realizado las correspondientes investigaciones sobre los ocupantes del barracón que no sufrieron daños.
Contrariamente, la familia del fallecido sostiene que éste había comentado que en el barracón dormían hacinadas hasta trece personas, de las que apenas cinco tenían los papeles en regla.
Las quejas sobre el estado en que convivían en el barracón eran continuas, según señala el cuñado del fallecido, hasta el punto de que cuando volvía a su domicilio en Parla los fines de semana «incluso llegaba comido por las chinches».
La familia de Nicolae conoció la tragedia a través de la propia Policía, que inicialmente le comunicó que había ocurrido un accidente laboral.
Muerte por asfixia
La realidad era muy distinta. Los ocupantes del barracón dormían cuando, por causas que no se han precisado aún, pero que podrían tener relación con algún cigarrillo mal apagado, se produjo un incendio y el consiguiente desconcierto. Cuando los ocupantes lograron salir al exterior descubrieron que Nicolae no estaba entre ellos, por lo que dieron la voz de alarma.
Según su cuñado, pudo morir por asfixia y luego quedar carbonizado por las llamas.
Inicialmente se habló de que el fallecido había habilitado la nave como vivienda porque su misión era vigilar los enseres y materiales que allí se almacenaban, entre ellos varios vehículos y abundante material de construcción, una hipótesis que se vino abajo en cuanto se descubrió que no era el único que dormía en el barracón de la finca, situada en una zona agrícola rodeada con una alta valla de cemento que la aísla del entorno. En su proximidad hay una planta de reciclaje de vidrio.
De confirmarse la relación de Nicolae y el resto de los ocupantes del barracón con la empresa de construcción madrileña, no sería este el único percance que el trabajador ha tenido con ella. Según su familia, hace tiempo sufrió una caída desde un andamio en el que estaba encaramado sin medidas de protección y se produjo lesiones que lo mantuvieron un año de baja.

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