Rectificación sobre los jóvenes tutelados

El País, , 26-05-2010

El decreto de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) no incluirá entre sus beneficiarios a los jóvenes que hasta los 18 años han estado bajo la tutela de las tres diputaciones. Aunque se había anunciado como una herramienta más para evitar el riesgo de exclusión social de este colectivo, al final estos menores se quedan fuera por los recortes en el gasto público. Hasta hace 15 días, el Departamento de Empleo y Asuntos Sociales mantenía su intención de considerar como posibles perceptores de esta ayuda a los jóvenes de 18 a 23 años que habían sido tutelados por las instituciones forales, una decisión que generó suspicacias entre las diputaciones y el Gobierno.
La RGI no se ofrece con carácter general antes de los 23 años. Sin embargo, a menudo los jóvenes que han estado bajo tutela cumplen 18 años sin tener independencia económica. Las instituciones forales cuentan con programas de emancipación que no resultan suficientes. Incluir a estos jóvenes en la RGI en esa franja de edad hay unos 80 supondría este año gastar unos 624.000 euros, 7.800 por persona.

La consejera Gemma Zabaleta detalló que “más importante que avanzar en nuevas expectativas de derecho es consolidar los que ya existen”. Este colectivo se incluirá en la RGI cuando la coyuntura económica resulte más favorable. Sí habrá perceptores entre 18 y 23 años, pero serán discapacitados, dependientes, huérfanos o personas que tengan a otras a su cargo o que acrediten haber vivido en pareja al menos seis meses. Estos casos, al contrario de los jóvenes que han estado tutelados, están previstos por ley.

Según el departamento, aunque las ayudas no se van a ofrecer a partir de septiembre como se había anunciado, sí se ha creado un programa de inclusión activa para este colectivo en colaboración con organizaciones del tercer sector. Estos jóvenes “son fácilmente activables”, aseguró Zabaleta. La consejera indicó que los menores extranjeros no acompañados, una parte de los tutelados que se encuentran en esta situación, “no vienen aquí para delinquir; lo hacen para mejorar sus expectativas de vida”.

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