Eduardo de Bergia, el director del Instituto Camilo José Cela (Pozuelo de Alarcón, Madrid) que expulsó a la estudiante madrileña Najwa Malha hace un mes por acudir a clase con un pañuelo islámico en la cabeza , ha sido fichado por la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid para desempeñar labores de asesoramiento, según informaron ayer fuentes del organismo autonómico.

El ya ex director del centro desempeñará, a partir del curso 2010/2011, la función de asesor técnico de la Dirección General de Educación Secundaria y Formación Profesional. “Pero no le supondrá una mejora sustancial de sueldo”, según fuentes de la Consejería.

La portavoz del PSOE en la Comisión de Educación de la Asamblea de la Comunidad de Madrid, Fátima Peinado, denunció, no obstante, que “mantener su salario, al tiempo que le liberan de la responsablilidad de dirigir un instituto, ya es una recompensa”. Peinado se mostró “sorprendida” y añadió que el nombramiento resulta “poco oportuno” dada la cercanía de la polémica. “Hace unas semanas que expulsó a la niña, apenas un mes antes de terminar un curso tan importante como cuarto de la ESO”, recordó.
“Alguien de su cuerda”

Como director del centro, “no fue capaz de conciliar posturas ni de dar una salida oportuna al conflicto. Da la sensación de que la Consejería no busca a profesionales dialogantes, sino a alguien de su cuerda”, apuntó la socialista en sus críticas al Ejecutivo que preside Esperanza Aguirre.

De Bergia asesorará en el proyecto de institutos de especialidad deportiva que pondrá en marcha la Comunidad de Madrid. La Consejería alega que “hay muy pocos directores de centros que hayan sido profesores de Educación Física, como es su caso”.

El PSOE considera que el puesto otorgado a De Bergia es un “cargo de confianza”. La Consejería asegura que no es ningún alto cargo. “Hay decenas similares” en cada Dirección General y, por lo general, “los profesionales que ocupan estos puestos, sólo permanecen durante el tiempo que duran proyectos concretos. Luego regresan al puesto de trabajo que ocupaban previamente”, aseguran fuentes autonómicas.

Tras su expulsión del centro, Najwa, de 16 años, se matriculó en otro instituto del mismo municipio cuyo reglamento interno permite asitir a clase con hiyab. La intención inicial de la familia fue la de matricular a la chica en un tercer centro, pero su Consejo Escolar se reunió en medio de la polémica, cambió de urgencia sus normas y prohibió el pañuelo islámico para evitar la matriculación de la joven madrileña.