«Ahora me da miedo hasta salir a la calle, quiero justicia»

ABC, CATALINA OQUENDO B. | MADRID, 25-05-2010

«Sólo espero que se haga justicia y esto termine de una vez. Después de la paliza no he vuelto a ser el mismo». Ramón de Jesús Cardona, el colombiano golpeado por vigilantes de Metro el pasado 9 de noviembre, habla así de la decisión del juez de instrucción de Alcorcón de elevar el delito de faltas al de agresión.
Más allá de las evidencias físicas, Cardona arrastra secuelas psicológicas. Las soporta con pastillas de Lorazepam. «Tengo ansiedad. Salgo menos. Antes era más sociable y amigable. A raíz de la paliza me relaciono poco con la gente. Tengo miedo de salir», revela. Su esposa, Magnolia López, habla de cómo ha perjudicado el incidente incluso a la economía familiar. «Estuvo dos meses de baja y ha perdido su cargo». Cardona trabajaba en una pescadería, pero a su regreso fue recolocado como mozo, con un salario inferior.
El ataque ocurrió en la estación Puerta del Sur de Alcorcón. Él y Magnolia regresaban de celebrar su aniversario de bodas. Cardona recriminó al guardia de seguridad por el trato que estaba dando a un amigo suyo. Este último, ebrio, pretendía bajar por un ascensor. En su momento se dijo que defendió a un ciudadano cualquiera, pero se trataba de un conocido llamado Juan, quien explicó que pese a haber tomado unas copas, estaba en sus cabales.
«Cuando Juan le dice al vigilante que si por ser inmigrantes no nos deja usar el ascensor, el guardia salta diciendo: «Cállate sudaca de mierda», y lo empuja. Yo le pregunto por qué pega al chaval y comienza a golpearme», recuerda.
Lo que sucede a continuación es lo que se observa en el vídeo de seguridad de Metro. Este documento hizo que el juez aplazara el juicio y pidiera nuevos exámenes médicos para evaluar el estado de salud de Cardona. En esos cinco minutos se ve que el colombiano intenta responder al vigilante, pero es golpeado en la cara, cae al suelo y recibe más golpes. Cardona fue denunciado por el guardia. Serán los resultados forenses los que tengan la última palabra.

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