Una discusión por dinero desencadenó la agresión que terminó con Ana G. C., de 49 años, muerta en plena calle en la barriada de la Macarena de Sevilla tras ser apuñalada por su ex pareja sentimental. El hombre, de 38 años, fue detenido poco después en las inmediaciones.
La agresión se produjo en torno a las 21.30 horas del lunes, cuando Ana G. C. regresaba a casa tras concluir su trabajo en una peluquería que poseía en un barrio cercano. Al llegar a las inmediaciones de su vivienda se encontró con Richard Genaro Q. C., de nacionalidad ecuatoriana y con el que había mantenido una relación sentimental de varios años hasta hace poco. Según algunos testigos, ambos empezaron una fuerte discusión porque la mujer se negó a darle dinero, aunque otras fuentes apuntan a que la pareja había regañado también el domingo y él la amenazó.
En ese momento, el hombre sacó un cuchillo, le asestó al menos cuatro puñaladas, una de ellas en el cuello, y salió huyendo mientras la mujer caía al suelo en mitad de un charco de sangre, gritando el nombre de su atacante y pidiendo ayuda. Varios testigos se acercaron hasta ella para tratar de taponar las heridas y cortarle la fuerte hemorragia, aunque todo fue en vano.
El presunto atacante fue detenido minutos más tarde a pocos metros del lugar, en la entrada de una sucursal bancaria, donde se había refugiado. El arma empleada en la agresión fue localizada por un testigo en una zona ajardinada próxima.
«Se sentía acosada»
Richard Genaro Q. C. permanecía ayer en las dependencias policiales a la espera de pasar en las próximas horas a disposición judicial. Los vecinos y familiares de la víctima, que tenía dos hijas fruto de una relación anterior, explicaron que Ana y su presunto agresor habían sido pareja sentimental durante unos cinco años, aunque finalmente ella le dejó porque él tenía problemas con el alcohol y «no hacía más que pedirle dinero». No obstante, la separación no había acabado con este problema, y según los vecinos, la mujer «se sentía acosada» porque su ex pareja acudía a ella de forma periódica «a molestarla pidiéndole más dinero» y tratando de retomar la relación.
No obstante, según confirmaron fuentes policiales, la mujer nunca presentó una denuncia por malos tratos ni solicitó una orden de alejamiento o ayuda de los servicios municipales o el Centro Provincial de la Mujer. La Junta de Andalucía lamentó que sólo una de las siete mujeres asesinadas por sus parejas en lo que va de año en la región hubiera presentado antes una denuncia contra su futuro agresor.