NUEVA ERA EN EL REINO UNIDO

Ministra y musulmana

La baronesa Sayeeda Warsi, primera mujer islámica en un gobierno británico

El País, , 14-05-2010

RAFAEL RAMOS – Londres. Corresponsal

De origen pakistaní y familia rica, Warsi entra en el Gabinete sin cartera ni sueldo
La foto de familia de la nueva Administración británica sugiere un gobierno de hombres blancos, sobre todo si se compara con el español (donde hay numerosas mujeres) ocon los laboristas que lo han precedido. La pura realidad es que ni los conservadores ni los liberaldemócratas, partidos del establishment y la intelectualidad, se caracterizan por la diversidad étnica entre sus militantes.

Aun así, consciente de las exigencias de la corrección política, David Cameron ha tenido el gesto de nombrar a la primera mujer musulmana que forma parte de un gabinete del Reino Unido, aunque sea sin cartera y sin sueldo (se pierde los 150.000 euros que van a cobrar los ministros después del recorte del 5% acordado para ahorrar gastos). Aunque la millonaria baronesa Sayeeda Warsi, de 39 años, no sea precisamente el prototipo del británico de origen asiático, generalmente de clase trabajadora.

Hija de un trabajador textil que prosperó y montó una empresa de manufacturas valorada en dos millones y medio de euros, Warsi nació en Dewsbury, la localidad de Yorkshire tristemente célebre por ser de donde provinieron los terroristas del metro de Londres. Estudió

Derecho en la Universidad de Leeds y se especializó en temas de justicia racial como los matrimonios forzosos, la imposición del velo o la mutilación genital de las mujeres, materias en las que ha colaborado con el Gobierno de Pakistán.

Sayeeda Warsi ya abrió brecha en el 2007 al incorporarse al gabinete en la sombra conservador como responsable de relaciones comunitarias, puesto en el que estableció sus credenciales como una mujer que llama a las cosas por su nombre, combativa y directa. “Soy una madre de clase obrera del norte de Inglaterra”, se define a sí misma exagerando un poco, e ignorando tanto su dinero como su condición de baronesa.

Las recientes elecciones han puesto de relieve una vez más el pragmatismo británico. Mientras otros países se enzarzan en discusiones bizantinas sobre si las niñas pueden ir con velo a la escuela o sobre si el hiyab o el burka van en perjuicio de la identidad nacional, en el aeropuerto de Heathrow te sella el pasaporte una mujer musulmana con la cabeza tapada.

Tan sólo cinco años después de los atentados del 2005, una comedia titulada The four lions hace una parodia de aquel suceso y se ríe tanto de los terroristas como de la policía y los servicios de inteligencia, habiendo recibido magníficas críticas de toda la prensa.

Pasado el impacto, casi nadie cuestiona el multiculturalismo. El nuevo Parlamento y la nueva Administración del tándem Cameron-Clegg intentan reflejar esa realidad, a pesar de que no constituyen el ámbito natural ni de las mujeres, ni de los negros ni de los musulmanes.

Salma Yaqooh, una ex militante laborista de origen pakistaní que lleva el pañuelo y se presentó a las elecciones por el partido Respect (liderado por George Galloway) en una circunscripción de las Midlands, no consiguió el escaño por escaso margen, pero en cambio tres laboristas musulmanas se han hecho con un sitio en la Cámara de los Comunes: Yashmin Qureshi (Bolton), Rushana Ali (Bethnal Green and Bow, un barrio del East End de Londres) y Shabana Mahmood (Birmingham).

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