CIUDADANOS

«Mi país, Uruguay, es un estado tapón colocado entre Argentina y Brasil»

Santiago García Lucchi Llegó a Donostia un 20 de enero. Alucinó

Diario Vasco, BEGOÑA DEL TESO | , 14-05-2010

Cuando nos juntamos nos dedicamos a una de las diversiones preferidas de un uruguayo: meterse con los argentinos. El chiste fue: «¿Sabes lo que es el ego? Ese pequeño argentino que todos llevamos dentro». Luego resultó que Santiago habla y filosofa mucho más que cualquier porteño o pampero. Pero estuvo bien. Socializamos el mate y las canastas de baloncesto. Entrenó con el Askatuak Junior B.
- La frase del titular, monumental.
- Pero muy cierta. Ningún libertador imaginó que Uruguay existiese como estado. Nos crearon en 1828. Fueron los ingleses los que decidieron que se necesitaba un país tapón entre Brasil y Argentina. Aún hay litigios entre nosotros tres por trocitos de tierra y lindes de ríos y esas historias, disputas que a mí me parecen una tontería.
- Creo que antes de tí sólo he conocido a otro uruguayo. Fue mi profesor de francés. ¿Sois pocos o sois más calladitos que otros latinos?
- Pocos, somos pocos: tres millones y medio. Muchos andamos fuera del país pero somos, creo, más callados que los argentinos, por ejemplo. Nos hacemos menos de notar. Eso sí, está muy claro que cuando Argentina se resfría…
- No sigas: Uruguay estornuda. Y supongo que si Brasil se acatarra…
- Nosotros tiritamos de fiebre.
- Tuvísteis dictadores, pasásteis un ‘crack’, un ‘corralito’ brutal.
- Que dejó alos jóvenes muy muy descolocados. Yo empecé a asustarme y a plantearme cosas cuando ví que muchos chavales estaban plantados horas y horas en la misma esquina sin nada que hacer, bebiendo o metiéndose cosas. Salía por la mañana al instituto y allí estaban. Volvía y seguían en el mismo lugar. Me marchaba a la tarde y no se habían movido. Me regresaba y continuaban allá… Por otro lado, los clanes familiares copaban no sólo las candidaturas políticas sino los empleos, las universidades: todo.
- Pero parece que estáis esperanzados con el nuevo presidente.
- Creo que de José Mujica nos gusta que sus palabras coinciden con lo que hace; lo que dice se corresponde a cómo actúa. Cuentan que antes de ser presidente, cuando era parlamentario, a veces no le dejaban entrar en el edificio del gobierno porque nadie creía que fuera diputado. Llegaba en una vieja ¡Vespa!
- Viniste a pasar un mes de vacaciones y llevas casi cuatro años.
- En Uruguay las clases son de marzo a diciembre. Una tía mía que ya vivía aquí me invitó a pasar 30 días con ella. Me pareció soberbio. Recuerdo que llegamos a Donosti desde el aeropuerto un 20 de enero. Nos pilló de lleno la Tamborrada Infantil. En aquel momento aluciné pero ni te cuento lo que pensé cuando me dijeron que os pasabáis 24 horas sin soltar los tambores.
- No digas nada. Me lo imagino. Cuéntame mejor lo del día que pasaste por el Gaska y viste jugar al baloncesto al Askatuak y al Eibar.
- Yo no sabía que eran Askatu y Eibar pero en Uruguay había jugado al baloncesto. Pensé que acaso me dejarían entrenar con ellos. Mi tía me dijo que seguro que el equipo local era el que vestía de azul y blanco. Me acerqué y a los días estaba entrenando con el Junior B en Altza. ¡Nunca en mi vida había sentido tantos calambrazos y en sitios tan distintos de mi cuerpo! Soy un pivot atípico que sube, bota la pelota y pasa. En mi país los entrenamientos son muy físicos mientras aquí el estudio de la técnica y la práctica de la estrategia son tremendos.
- Y así, entre tambores, balones y estudios, te quedaste en Donostia.
- Pienso que mi tía y mis padres lo tenían planeado así pero para mí, tomar la decisión fue muy muy duro. Pasé muchos momentos de sentirme muy solo, solo con mi propia alma. Por un lado estaba toda mi vida, todo lo que yo había conocido en esos 17 años. Y por el otro, el futuro. Porque yo intuía que en San Sebastián estaba mi futuro.
- ¿Pensabas acaso que tu país se te iba a quedar pequeño?
- Para lo que yo aspiro, quizás.
- Y te quedaste. ¿Nos has estado observando desde entonces?
-Como vosotros a mí, supongo. Supe de vuestra lengua, de vuestro apego a las tradiciones. Descubrí que no es fácil hacer amigos. Y cuando lo logras, hay territorios de esos amigos que te quedan vedados. Me sorprende el hecho de que conozco pocas casas de mis compañeros. He subido a muy pocos pisos suyos. Como si la vida, los encuentros, todo, se hiciera siempre fuera, en la calle, en los bares.
- ¿Y eso de que aquí no se fo…?
- Es que para empezar, no se liga. Y muchas veces la culpa es vuestra, de las chicas. Se os acerca un chaval mientras bailáis y le mandáis a tomar viento de manera muy cruel.
- Trabajas en hostelería. ¿La crisis?
- Antes servíamos 250 cenas. Ahora la cosa va bien si llegamos a 200.

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