La Unión Europea (UE) simplificará la concesión de visados a ciudadanos marroquíes a cambio de un eventual acuerdo por el que Marruecos se comprometa a readmitir a los inmigrantes ilegales que entran en suelo comunitario desde este país.

«El vínculo entre la readmisión y los acuerdos de visados es evidente», indicó el embajador de la UE en Marruecos, Eneko Landáburu, según el cual la consecución de ese primer pacto «abrirá la facilitación de visados a los marroquíes que quieran ir a Europa».

El representante comunitario estimó que «la situación actual no es satisfactoria» porque hay muchos obstáculos para la circulación de personas, y explicó que la negociación sobre la entrega de esos visados se entablará una vez que se concluya el otro acuerdo.

El resultado de la reunión mantenida esta semana en Bruselas sobre las readmisiones ha sido «positivo y permite pensar que lo alcanzaremos en las próximas semanas o antes de final de año, pero todavía existen dificultades», matizó.

Entre ellas, «la postura de Marruecos de exigir que haya una prueba formal de que esa persona viene de Marruecos antes de aceptar a un inmigrante ilegal», o la de recibir «un paquete financiero importante para poder aplicarlo y poner en marcha mecanismos de formación y control».

«Hasta ahora no habíamos contemplado ese tipo de cosas, lo que demuestra que no hemos llegado al final de la discusión», sostuvo Landáburu, que no puso en duda «la sinceridad y el mensaje claro de cooperación» lanzado por las autoridades marroquíes.

No precisó las grandes líneas de un posterior acuerdo de visados «porque la Comisión todavía no ha recibido el mandato de los Estados miembros», pero apuntó que su objetivo de facilitar la buena circulación de personas «es claro y no puede ser contestado».

En línea con los alcanzados con otros países, se trata, aseguró, de «dar visados de larga duración, o de facilitar uno a muy corto plazo, sin burocracia y para los días que se necesite, a gente que por su actividad profesional tiene necesidad de ir a Europa con frecuencia».

En su intervención, dedicada a hacer un balance de los progresos de Marruecos el año pasado y de las relaciones bilaterales, apuntó también que, pese a avances en ámbitos como la consolidación de la democracia, la reforma de la Justicia, que «no va al ritmo deseado», se mantiene como uno de los puntos débiles del país.

«Insistimos en ello porque va muy unido al acercamiento entre Marruecos y la UE. Hace falta que la Justicia sea más independiente para garantizar a los ciudadanos seguridad jurídica y libertades individuales», así como el incremento del comercio bilateral y la aplicación de los valores compartidos con el bloque comunitario.

Otro de los desafíos marcados para este año con respecto a Marruecos, al que en 2008 se le concedió el estatuto avanzado de asociación, fue una mayor celeridad en la reforma del código de prensa, y la disminución de las desigualdades sociales y educativas.

Landáburu señaló, no obstante, que la UE está «satisfecha» con el uso dado a las ayudas de cooperación otorgadas al país, e indicó que para el próximo trienio se cuenta con un presupuesto de 580,5 millones de euros, lo que supone un aumento del 20 por ciento con respecto a años anteriores.