La final de la Conferencia Oeste entre los Lakers y Phoenix Suns, los dos equipos que han barrido con sendos 4-0 a Utah y San Antonio, empieza el lunes en el Staples Center de Los Ángeles. Toneladas de glamour en las carísimas localidades a pie de pista, en las que nunca falta Jack Nicholson, y cada vez más público hispano en los asientos menos caros. El Staples no es una excepción. El público latino que acude a los pabellones, especialmente en el Oeste, se acerca en número al estadounidense y en el cómputo global ya representa el 15% del total.
La NBA organiza desde hace algunos años la denominada Noche Latina en Nueva York, Orlando, Chicago, Dallas, Miami, Los Ángeles, Houston y Phoenix. La iniciativa esta temporada se llevó a cabo en marzo. Pero el pasado cinco de mayo, día festivo para los mexicanos, los Suns decidieron repetir y lucieron la camiseta con el artículo en castellano. Robert Starver, el dueño del club, justificó: “Se trata de honrar a nuestra comunidad latina y la diversidad de nuestra Liga, el estado y la nación”. Días antes se aprobó la controvertida ley en Arizona que criminaliza la inmigración ilegal y permite a la policía interrogar a cualquier persona si se sospecha que está ilegalmente en el país. El líder del equipo, Steve Nash, elogió la iniciativa del club: “La nueva ley va en detrimento de nuestra sociedad y de nuestras libertades civiles”.

Los Suns están completando su mejor temporada desde 2005 y cortaron la racha de cuatro eliminaciones consecutivas en los playoffs a manos de los Spurs. Nash, Grant Hill y Stoudemire, junto a Jason Richardson, son las bazas de un equipo que ha vuelto a poner de moda el run and gun (correr y tirar) y presume del mejor ataque de la Liga con 110 puntos de media. Los Lakers se clasificaron para la final del Oeste al vencer por 96-111 a Utah y zanjar por la vía rápida: 4-0. Pau Gasol fue el más destacado con 33 puntos, 14 rebotes, dos asistencias y dos tapones. El pívot español y Kobe Bryant, con 32 puntos, resultaron imparables para los Jazz.