Juan González Camero, de 64 años y residente en Málaga, ha sido condenado a ocho años de prisión por maltratar a su esposa, a las cinco hijas del matrimonio y a una sobrina. Las amenazas, insultos y vejaciones a las que les sometía el padre han generado en todas las mujeres secuelas psicológicas, concretadas en un estado de “enorme desasosiego, temor y desequilibrio emocional”.

El Juzgado de lo Penal número 13 de la capital malagueña considera al acusado culpable de maltrato habitual, amenazas, coacciones y un delito contra la integridad moral, y además de la pena de prisión, le condena a permanecer alejado a más de 500 metros de sus víctimas durante 16 años.

La juez considera probado que los malos tratos se han producido a lo largo de los 26 años que ha durado el matrimonio entre Juan González y su ex esposa, y que los ataques sólo se interrumpieron durante un periodo en el que la mujer permaneció en una casa de acogida en Córdoba.

Los hechos por los que González ha sido condenado se produjeron en la primera mitad de 2009. Según la sentencia, el hombre, con antecedentes penales, profirió insultos racistas y expresiones amenazantes contra su esposa “en presencia de las hijas menores del matrimonio y de la sobrina que convivía con ellos”. En otras ocasiones, el acusado escupió a la víctima y la persiguió por el domicilio blandiendo un cuchillo.

Los malos tratos hacia la esposa también fueron físicos, según la sentencia, aunque no dejaron secuelas visibles en la víctima. Finalmente, en junio de 2009, la mujer y dos de las menores no pudieron entrar a dormir al domicilio familiar porque González les amenazó con quemar la casa con ellas dentro.

La juez ha impuesto la condena pese a que en el juicio tres de las hijas se retractaron de los testimonios que prestaron en el juzgado de instrucción.