OPERACIÓN DE LA POLICÍA NACIONAL EN EL ÁREA METROPOLITANA

Once empresarios estafaban a ‘sin papeles’

Los inmigrantes pagaban hasta 5.000 € por falsos contratos

El Periodico, , 11-05-2010

ANTONIO BAQUERO
BARCELONA

Actualmente, en Barcelona, un contrato falso de trabajo que permita a un inmigrante legalizar su irregular situación cuesta unos 4.000 euros, pudiendo llegar en ocasiones hasta los 5.000. Con la crisis, las oportunidades de trabajar para un sin papeles casi han desaparecido y los extranjeros indocumentados solo consiguen ofertas de empleo si pagan por ello. Eso ha llevado a un florecimiento del mercado negro de contratos de trabajo. Un ejemplo de esa nueva industria delictiva es la organización que ha sido desmantelada por el Cuerpo Nacional de Policía y que operaba de forma intensiva en Barcelona, Badalona y Sant Adrià.
La investigación, llevada a cabo por la Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsificación Documental (UCRIF) con colaboración de la Guardia Urbana y los Mossos, ha concluido con la detención de 20 personas que ofrecían contratos de trabajo –algunos reales; otros falsificados– a cambio de importantes cantidades de dinero.
En total, la policía calcula que habían ganado más de 500.000 euros vendiendo contratos. Al menos 11 de los detenidos son administradores de empresas, bazares, locutorios, cafeterías, negocios de construcción, restaurantes wok y fruterías, que empleaban su posición para vender las ofertas de trabajo.

FAMOSA CADENA DE CAFETERÍAS / Uno de los detenidos gestionaba una tienda de una de conocida cadena de fruterías y otros dos arrestados eran los responsables de sendas franquicias de la principal cadena de cafeterías de la ciudad. Aunque la mayoría de empresarios detenidos son paquistanís, entre ellos también hay españoles y chinos.
Los integrantes de la banda se repartían las funciones. Así varios de ellos actuaban como captadores de posibles clientes. Otros, los dueños de empresas, vendían los contratos por dinero. La mayoría de las veces, el cliente no trabajaba en la primera siendo utilizado el contrato solo para regularizar sus situación.
No obstante, algunos de estos empresarios sí llegaban a emplear a los inmigrantes. «La relación laboral duraba poco y solían explotarles. Les obligaban a turnos excesivos, les pagaban menos de lo establecido por convenio o les obligaban a abonar la mitad de su cotización a la Seguridad Social», según fuentes de la investigación, que destacaron que las relaciones que más duraron «no pasaron nunca de seis meses».

COMPAÑÍAS FANTASMA // Además de esa trama de empresas auténticas, esa banda llegó incluso a crear varias compañías fantasmas con el único fin de ofrecer contratos falsos a extranjeros. También llegaron a contar con varias personas que tenían permisos auténticos de residencia y trabajo y que los alquilaban a sus compatriotas.

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