"Los jóvenes musulmanes son más críticos que mis alumnos"

Dale Eickelman, especialista estadounidense en antropología del islam y Oriente Medio Dale Eickelman, especialista estadounidense en antropología del islam y Oriente Medio

La Vanguardia, , 11-05-2010

ISABEL RAMOS RIOJA – Barcelona

RENOVACIÓN ISLÁMICA “El cambio vendrá cuando nadie pueda controlar los medios de comunicación”
Profesor de Antropología y relaciones humanas de la Universidad de Dartmouth (Estados Unidos), Dale Eickelman es también investigador invitado del Instituto de Estudios Avanzados de Berlín y asesor de la American University de Kuwait. Para especializarse en antropología del islam y Oriente Medio aprendió dos dialectos árabes (el marroquí y el omaní) y se instaló con su familia en un oasis de Omán. Eickelman, que estuvo en Barcelona invitado por el IEMed, es autor, entre otros libros, de Antropología del mundo islámico (Edicions Bellaterra).

¿Se puede hablar de antropología islámica teniendo en cuenta que hay 1.300 millones de musulmanes en todo el mundo?

Hace 30 años decían que estudiar la religión no era importante, incluso después del triunfo de Solidarnosc, la Teología de la Liberación o la revolución islámica iraní. Pero la Teología de la Liberación hizo más por Iberoamérica que cualquier otro movimiento. Para mí, el término ´antropología del islam´ supone escuchar lo que dicen los musulmanes sobre la vida en general y extraer conclusiones. En las sociedades islámicas no todo es religión, pero se trata de ver qué representa para ellos. En EE. UU., como en Turquía, se supone que hay separación entre religión y política, pero cualquier candidato tiene que tener mucho cuidado con ella.

¿Hay rasgos comunes a los musulmanes delÁfricasubsahariana, los árabes, los asiáticos?

Hoy, en todos estos países, la pregunta entre los jóvenes es: “¿Cuál es mi religión?, ¿cómo debo actuar una vez que conozco cuál es mi religión?, tenemos que hacernos más fuertes en nuestra vida personal”. En el África subsahariana son un poco diferentes. En las cadenas de televisión por satélite en árabe y en urdu hay mucha más libertad que en otras.

¿Se parecen más los árabes entre sí (sean musulmanes, cristianos o judíos) o los árabes musulmanes al resto del islam?

Aunque no hablo la lengua de Indonesia, es el único sitio donde he comprobado que puedes charlar con alguien durante veinte minutos sobre su visión del mundo. En cambio, cuando se produjo el temblor de tierra en Buyad (Marruecos), en 1969, salí a la calle y pregunté a la gente qué pasaba. Sólo supieron decir que la tierra iba para aquí y para allá. No eran capaces de dar una explicación más elaborada. En Indonesia, todos querían leer mis libros. Pero el mundo árabe es el que peor distribuye sus libros y son caros. Iraq, donde estuve en octubre, es uno de los pocos países árabes en que los soldados que me protegían, al pedir que me llevaran a ver libros, habían leído libros. Hace años, Iraq era el país árabe con mayor nivel educativo.

Un centro de Kuwait fomenta el conocimiento de Occidente. ¿Cree que es genuino ese interés del mundo islámico?

Oí decir a un adolescente marroquí:

“Odio a EE. UU.”. Yo le agradecí su franqueza y, diez minutos después, me pedía un visado. ¿Por qué quería irse? En el Rif todo el mundo conoce a alguien que trabaja fuera y vive mejor que ellos. Si no existieran las limitaciones Schengen, tres cuartas partes de la población marroquí buscaría en Europa una vida mejor. Saben mejor que nosotros mismos cómo funciona la sociedad europea o la mía para manejarse. Son holísticos. Pero no tienen palabras agradables para describir Occidente, funcionan con estereotipos. Estuve en Marruecos cuando se formó la coalición para invadir Iraq. En la medina de Fez, la gente intentaba ver todas las cadenas de televisión posibles (la iraquí, la BBC…) porque no se fiaban de nadie. Los jóvenes tienen más sentido crítico que muchos estadounidenses. Mejor que mis alumnos, que se fían de la Fox o de cualquier otra.

¿De dónde puede venir la Ennahda, la renovación, definitiva para el mundo islámico?

No se hace de un día para otro; como ocurrió con la Reforma. El mayor cambio será resultado de que nadie pueda controlar la información, los medios de comunicación. Y para eso hace falta gente con cierto nivel educativo.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)