Hemos leído la noticia de ‘La Verdad’ del pasado día 4 de mayo. Nos parece desafortunada y profundamente antievangélica por injusta con los pobres, la expresión empleada por el dean de la Catedral de Murcia, don José Antonio Trigueros – o al menos recogida por el periodista – que, en referencia a unos robos en parroquias de la diócesis, afirma: «Todo empezó con el ‘papeles para todos’».

El movimiento «Papeles para Todos» que el dean Trigueros descalifica, estuvo integrado por cientos de cristianos entre otros y desarrollado en nuestras parroquias fundamentalmente, con apoyos de párrocos, comunidades cristianas, algún obispo, instituciones asistenciales y movimientos cristianos varios. Sin el aporte cristiano, católico concretamente, esa batalla en defensa de los derechos de los pobres no habría tenido lugar.

Exigimos disculpa y explicaciones. Ligar delincuencia a un movimiento de resistencia y lucha por los derechos de los inmigrantes haciéndolo origen de los robos en parroquias 9 años después, no se sostiene desde un mínimo análisis sociológico y es totalmente ajeno a la base fundamental del cristianismo.

No se mantiene ni se entiende. Con todo este movimiento, los encierros y el grito de «Papeles para Todos», se consiguió legalizar y dar papeles, es decir, derechos y dignidad, a cientos de miles de explotados en la economía sumergida en la que malvivían sin ningún tipo de derecho, defensa y totalmente inermes ante las condiciones de trabajo esclavas en las que su situación les obligaba a permanecer.

Nos sentimos escandalizados y heridos por sus palabras. Entendemos que como cristianos todos somos hermanos y las leyes, frases y autoridades que se opongan a ese espíritu fraternal, se oponen al mayor mandato y tesoro del cristianismo, el amor a los demás y preferentemente a los pobres.

O tal vez convenga, dado el análisis sociológico del dean Trigueros con la frase «Todo empezó con el Papeles para Todos» que se redacte del nuevo el evangelio y se eliminen los párrafos en los que Jesús dice directamente en Mateo 25, del 35 al 40. «&hellipPorque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui extranjero y me recogisteis…/&hellipCada vez que lo hicisteis con un hermano mío de esos más humildes, lo hicisteis conmigo». Es el mismo Jesús el que manifiesta que él está ahí, no en otros sitios, en otros cargos o en otras iglesias.

Es posible que lo más cerca que algunos hemos estado de Jesús haya sido gritando «Papeles para Todos».