Vila d'Abadal suplica a Duran un puesto más alto en las listas

El País, EVA CLOTA / MAIOL ROGER, 11-05-2010

El líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, logró ayer apaciguar el despecho del alcalde de Vic, Josep Maria Vila d’Abadal. Tras anunciar que iría a las listas de CiU en el Parlament, Vila d’Abadal se enfureció por considerar que su puesto en la candidatura, el número 12, era demasiado bajo dado su capital político, a su juicio aumentado tras la polémica que ha levantado al proponer el uso del padrón para denunciar a inmigrantes irregulares. El disgusto del alcalde se agrandó al comprobar que la plaza que consideraba como propia – el número cinco – iba para el ex consejero Ramon Espadaler, con quien rivalizó para encabezar la candidatura de CiU en Vic. Vila d’Abadal amenazó con dimitir de sus cargos en la dirección del partido al sentirse poco valorado.

Duran intentó ayer rebajar el enfado de Vila d’Abadal, minutos antes de que ambos participaran en el comité de dirección de Unió. El líder del partido le argumentó el porqué de su puesto en las listas y le insistió en que la cúpula del partido confía en él; el alcalde se resignó y aclaró que no abandonará sus cargos, aunque volvió a suplicar a Duran que considerara su petición.

Tras la reunión, Vila d’Abadal usó el gabinete municipal de Vic para explicar que seguirá en la dirección del partido. En un comunicado, dijo que renuncia a dimitir “por responsabilidad, por lealtad a Duran y por estima a Unió y a Cataluña”, e insistió en pedir un puesto más alto porque considera que las listas deben estar formadas “por personas comprometidas y con vocación de servicio”.

Propuestas como la del alcalde de Vic han motivado que Iniciativa reclame un “cordón sanitario” en torno a CiU por sus acciones relacionadas con la inmigración, una marginación que hace extensiva al PP. El líder de ICV, Joan Herrera, insistió ayer en su propuestas: pidió “consecuencias” para CiU al entender que los nacionalistas vulneran el Pacto Nacional de Inmigración. El acuerdo, suscrito por el tripartito y CiU, explicita el rechazo al uso electoralista de la cuestión. ERC rechazó marginar a CiU tachando la idea de “extremista”.

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