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El alcalde de Vic, Josep Maria Vila d’Abadal, intenta disfrazar su renuncia a delatar a ‘sin papeles’

El consistorio solo comunicará los casos en que se detecten ilegalidades delictivas

El Periodico, , 06-05-2010

PERE PRATDESABA
VIC

El alcalde de Vic (Osona), el democristiano Josep Maria Vila d’Abadal, se sacó ayer de la manga una interpretación sui géneris para tratar de encubrir la retirada definitiva de su polémica intención de delatar ante la Delegación del Gobierno a los inmigrantes sin papeles que se empadronen en el municipio.
Finalmente, el consistorio solo comunicará a la Administración central los casos en los que detecte alguna «ilegalidad» que pueda ser constitutiva de delito, como un pasaporte falsificado o la suplantación de personalidad, cosa que ya hacen las administraciones públicas. Por tanto, Vic acatará lo que en su día ya dictaminó la Abogacía del Estado sobre los sin papeles y los inscribirá sin más en el padrón.
Según explicó el concejal de Acción Social, Joan López (ERC), el proceso de empadronamiento puede alargarse hasta tres meses. Durante este periodo, si se detecta alguna «ilegalidad» se «comunicará a la autoridad competente» para que diga qué debe hacer el ayuntamiento. Si en ese plazo no se ha recibido respuesta, «el silencio administrativo» dictaminará que se empadrone al solicitante.
El alcalde explicó el cambio de postura a preguntas de la oposición en el pleno municipal. Su anuncio cambia de manera radical la situación y desinfla la polémica. De entrada, los socios de gobierno de Vila d’Abadal, el PSC y ERC, que se habían desmarcado de sus intenciones, dieron por zanjado el asunto.
Dirigentes de CiU conocedores de la marcha atrás han expresado en los últimos días su alivio. Y es que los planes habían sido cuestionados por miembros de la federación nacionalista y calificados de ilegales por el Gobierno central y la Generalitat. En cambio, la delación de una persona que pueda estar cometiendo un delito sí entra dentro de la lógica de cualquier administración.

SALIDA AIROSA / A pesar de las evidencias, Vila d’Abadal insistió en que la posición del ayuntamiento no se ha movido un ápice desde finales de enero y que la polémica solo ha sido fruto de una interpretación errónea de sus palabras. De esta manera, el democristiano trata de buscar una salida personal airosa tras el conflicto, como planteó al delegado del Gobierno en Catalunya, Joan Rangel, en una entrevista hace dos semanas en la que el alcalde ya admitió que daba marcha atrás en sus planes.

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