La protesta por la ley de inmigración arrecia en EEUU

El Periodico, 02-05-2010

De nada sirvieron los cambios de última hora introducidos por la gobernadora de Arizona, Jan Brewer, en la ley de inmigración que empezará a regir dentro de 90 días. Los ánimos estaban muy caldeados antes del inicio de las manifestaciones celebradas ayer en diferentes puntos de Estados Unidos, que transcurrieron de forma pacífica, para condenar las «sospechas razonables» de la ley de la discordia y de paso exigir al presidente del país, Barack Obama, que se moje y presione a los congresistas para impulsar una reforma migratoria.
Intentar dar cifras realistas en un país de proporciones continentales puede ser una utopía. Hay quienes desde las organizaciones convocantes hablaban ayer de millones de personas en las calles pero resulta imposible confirmarlo. Quizá las más simbólicas fueron las manifestaciones en Phoenix y Tucson, las dos principales ciudades de Arizona, aunque las más numerosas volvieron a ser otra vez las de Los Ángeles, donde el tema migratorio se vive siempre con gran intensidad.
El cruce de la calle Broadway y Olympic Boulevard, en el centro de la ciudad californiana, era ayer un auténtico hervidero de manifestantes, hombres, mujeres, niños, ancianos y jóvenes dispuestos a alzar su voz en favor de los inmigrantes de Arizona enarbolando banderas de EEUU y México. Muchos de ellos portaban camisetas con la leyenda «Todos somos Arizona» o «Ni un ser humano es ilegal», y ayer no escondían su temor de que las leyes también se endurecieran en California.

VOCES MÁS CRÍTICAS / Herlindo Ordóñez, un sin papeles de Guatemala, casado y con tres hijas que lleva 15 años viviendo en EEUU, decía ayer que el miedo se ha instalado entre los inmigrantes. «Mi familia se preocupa cada vez que llego tarde del trabajo». Otros, como Linda Sánchez, agradecían las muestras de apoyo de la cantante Gloria Estefan o el arzobispo de Los Angeles, Roger Mahony, situados a la cabeza de la manifestación y algunas de las voces más críticas con la ley de Arizona. Los más optimistas hablaban ayer de 100.000 personas.
Las concentraciones también congregaron a centenares de miles de personas en lugares tan diversos como Washington, Chicago, San Francisco, Miami, Houston o Dallas. La plaza de Unión Square, en la parte baja de Manhattan, volvió a ser el epicentro de las protestas en Nueva York, donde pasado el mediodía se concentraron unas 5.000 personas con pancartas en las que se podía leer mensajes como «Igualdad para todos», «Parad los abusos» o «Nosotros también somos América».
John Delgado, un activista social de Nueva York, afirmó que la gobernadora Brewer «ha despertado a un gigante dormido» por la nueva ley de Arizona, estado donde ayer la tensión cortaba el aire después del arresto de una decena de personas presuntamente implicadas en el asesinato de un sherif un día antes. Las primeras informaciones aseguraban que el responsable había sido un «inmigrante sin papeles» pero con el paso de las horas resultó que era un narcotraficante.
Ahora la nueva ley recoge un párrafo en el que se dice que la policía «no detendrá por el aspecto, color, origen o características culturales» de la gente, aunque se mantiene el mismo espíritu inicial al no modificar la parte en la que se permite a los agentes detener a personas cuando haya una «sospecha razonable» de que no tienen documentación. Otro de los cambios introducidos es que los policías no podrán investigar la condición migratoria de nadie hasta que haya sido arrestado.

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