El bautizo terminó en reyerta, primero, y ahora llega a los juzgados. Siete de los invitados al evento celebrado en octubre de 2009 en el barrio de Divina Pastora, que acabó con una batalla campal entre asistentes y policía, se enfrentarán en las próximas semanas a un total de seis años y medio de prisión como supuestos responsables de varios delitos de lesiones. No serán, sin embargo, los únicos que deberán declarar en sede judicial en relación con los hechos, puesto que otro juzgado ha llamado a declarar a los diez agentes de la Policía Nacional que intervinieron en el suceso.

Los policías, que comparecerán ante el juez en calidad de imputados, han sido citados a raíz de las denuncias presentadas por los propios vecinos implicados en la pelea, todos de origen ecuatoriano aunque la mayoría con nacionalidad española. Las demandas, en las que acusan a los agentes de un supuesto abuso de autoridad, fueron presentadas cerca de un mes después de ser imputados, según fuentes policiales, que atribuyen las denuncias a una maniobra habitual practicada por buena parte de los detenidos con la intención de sacar rédito en el ámbito judicial.

Ocho de los diez policías llamados a declarar resultaron heridos de diversa consideración en la pelea, en la que los funcionarios se vieron superados en número. Como consecuencia de las lesiones, entre ellas fracturas de falanges, algunos agentes se vieron obligados a permanecer hasta tres meses de baja, según las mismas fuentes.

El Juzgado de lo Penal número 5 de Málaga ha señalado el juicio contra los siete inmigrantes imputados para el próximo 17 de mayo. La Fiscalía solicita para los encausados penas que oscilan entre los 675 euros de multa y los dos años y nueve meses de prisión, así como una indemnización de 6.060 euros.

El Ministerio Público sostiene en su escrito de acusación que sobre las 20:10 horas del 25 de octubre de 2009 agentes de la Policía Nacional se personaron en la calle San Antonio de la Divina Pastora tras la llamada de una vecina quejándose del escándalo procedente de un local. En el establecimiento, una academia de baile en la que se impartían clases de samba, hip – hop y ‘reggaeton’, una familia de origen ecuatoriano festejaba desde hacía horas un bautizo.

Agresión a los agentes

Según la Fiscalía, en el lugar de los hechos los funcionarios «se encontraron con un grupo de unas quince o veinte personas entre las que estaban los acusados, quienes obstaculizaron la labor policial increpando a los agentes, lanzándoles objetos y negándose a atender a sus requerimientos, llegando a agredirlos». La violencia de la respuesta por parte de los invitados al bautizo propició la llegada de varias patrullas más de la Policía Nacional como refuerzo, así como una unidad de la Policía Local. Los agentes del cuerpo de seguridad municipal no fueron denunciados.

El altercado se saldó con dos detenidos, aunque la denuncia se llevó a cabo posteriormente contra siete personas. En el ámbito sanitario, el balance fue mayor. Ocho policías nacionales con lesiones dispares: fisuras, heridas por mordiscos y contusiones, entre otras. Varios inmigrantes resultaron también lastimados. Entre ellos, algunas mujeres, que denunciaron su condición de víctimas y no de verdugos en la reyerta.