SUCESOS

El niño fallecido tras caer de la ventana en Beasain será enterrado en Marruecos

El caos en los aeropuertos demora el viaje hasta la próxima semana. «Los padres están destrozados», afirma el presidente de la asociación de marroquíes del Goierri

Diario Vasco, JAVIER PEÑALBA | SAN SEBASTIÁN., 22-04-2010

Beasain seguía ayer conmocionada por la muerte de Elyas, el niño de veinte meses que falleció el miércoles tras caer desde la ventana de un cuarto piso. En bares, tiendas, supermercados, en plena calle… el suceso fue uno de los principales temas de conversación. «No se hablaba de otra cosa, sobre todo a las puertas de la ikastola y en los parques, entre madres y padres que tenemos niños en edades parecidas. Estamos muy impactados porque algo así nos podría haber pasado a cualquiera», manifestó una vecina de la localidad.
El cadáver de Elyas Elalali fue trasladado desde el Hospital Donostia al tanatorio donostiarra de Rekalde, donde permanecerá hasta que, probablemente la semana próxima, la familia emprenda viaje a su país para inhumar los restos del pequeño.
Lahcn Ibiki, presidente de la asociación Albir, que agrupa a marroquíes residentes en el Goierri, se ocupaba ayer de cumplimentar los trámites para el traslado del cuerpo. «Debido a los problemas derivados de la nube volcánica, estamos teniendo dificultades para encontrar un vuelo. Por ello, lo más probable es que el traslado se demore hasta la semana próxima. Esperamos que para entonces el tráfico aéreo empiece a normalizarse», señaló Ibiki.
Los restos del niño fallecido serán trasladados hasta Tetuán y posteriormente recibirán sepultura. Los padres son originarios de la zona del Rif.
La comunidad marroquí en Beasain no ocultaba su desolación por el trágico accidente. «Todo el pueblo está muy afectado por lo que ha sucedido. Nosotros, quizá, por la cercanía que tenemos con los padres, nos sentimos algo más apenados», explicó el presidente de la asociación.
«Destrozados»
Lahcn Ibiki indica que los progenitores del niño fallecido se encuentran «destrozados», por el fatal accidente. «He podido hablar con ellos y no dejan de llorar. En estos momentos no podemos hacer otra cosa más que acompañarles, mostrarnos solidarios con ellos y ayudarles en todo lo que podamos», afirma.
El accidente ocurrió poco antes de las doce del mediodía, en el número 2 de la calle Nabarro Larreategi. El niño se encontraba en el domicilio familiar, situado en el cuarto piso, mano izquierda. En el interior de la casa, además del pequeño, se encontraba su madre que poco antes del accidente había estado jugando con él.
La madre se ausentó unos instantes de la habitación, momento en el pequeño logró subirse primero a la cama y después a la ventana, que permanecía abierta, y se precipitó al vacío desde una altura de unos quince metros. El menor cayó en una zona ajardinada, donde quedó inconsciente. Tras ser reanimado, fue evacuado al Hospital Donostia donde falleció.
El presidente de la asociación Albir, manifestó que la madre había dejado la ventana abierta para que la habitación se aireara. «No he hablado con ella sobre cómo se produjo el suceso. Creo que no es el momento», explicó Ibiki.

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