ARTÍCULOS DE OPINIÓN

¿Islamofobia? No, gracias

Diario Vasco, FÉLIX MADERO, 22-04-2010

Tengo claro que la polémica sobre el velo islámico, al que llaman ‘hiyab’, es interesada e innoble por parte de quien lo impulsa, o sea, una inocente chica de 16 años llamada Najwa que no hace lo que hace sola. Ha sido poner de actualidad nuestro nivel de tolerancia y permisividad y han surgido varias asociaciones de inmigrantes, marroquíes sobre todo, denunciando que hay en España una islamofobia inasumible en estos tiempos. Tengo para mí que no es inocente, que hay una mano que mueve un territorio donde el debate es sensible, y donde los riesgos de fractura en la opinión pública, vuelvo a decirlo, son interesados. Descaradamente interesados. Éste no es un problema de los españoles, que nos lo encontramos y aceptamos con verdadera paciencia. Es eso que ahora llaman un problema sobrevenido. Los símbolos religiosos no pueden estar por encima de nuestras leyes, de nuestros principios, normas y reglas. La democracia es eso, normas que se cumplen, leyes que se respetan. Que quienes no saben nada de esto nos midan ahora con el termómetro de la tolerancia indigna al más templado. A mí, además, me espanta.
Muchos de ustedes son padres y saben que al matricular a nuestros hijos en un colegio privado, concertado o público, se nos entrega un librito en el que se especifican las normas del centro. En el instituto de Pozuelo en el que estudia Najwa está escrito que esa prenda y otras parecidas están prohibidas. La joven fue a clase sin velo hasta febrero, pero a partir de ese momento las cosas cambiaron. Ella ha ganado una primera batalla, pero también los que están detrás obligando a que el Consejo Escolar se reúna para votar si hay que cambiar las normas con las que se gobierna el instituto. Y ahí han decidido por abrumadora mayoría que no conviene, que hay que dejar las cosas como están. Pero no ha valido este elemental ejercicio de democracia aquí se vota mucho, no sé si lo perciben quienes no votan en sus países, y no ha tardado en salir la palabreja en cuestión: En España hay islamofobia. Qué le vamos a hacer, pensamos algunos cargados de paciencia. Cargados de paciencia recordamos que lo que hay es un Estado moderno y democrático que en su día sacó de las aulas un símbolo que merece respeto y admiración: el crucifijo. Quitamos de las paredes el recuerdo de algo que ha hecho mejores a los hombres, que ha hecho del perdón y la misericordia una forma de entender la vida. Incluso para los no creyentes el cristianismo es un elemento fundamental para comprender nuestra cultura y civilización. Para muchos de nosotros el velo denigra a la mujer, la rebaja y aleja de la modernidad por la que tantas han luchado. ¿Islamofobia? No gracias. Y además, la Corte Europea de Derechos Humanos lo ha dejado claro: la prohibición de velos islámicos en escuelas públicas no viola la libertad religiosa. Algo no va bien cuando gastamos tanto tiempo en explicar lo obvio.

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