El padre de la menor va a presentar un recurso ante el Gobierno regional, según explicó ayer Mohamed Said Alilech, portavoz familiar y presidente de la Asociación de Jóvenes Musulmanes de España. “Estamos consultando con abogados para emprender acciones legales. El cambio a otro instituto es inviable porque significaría que aceptamos la decisión del consejo escolar”, señaló Said Alilech, que añadió que la menor se encuentra “bien”.

El presidente de la Asociación de Trabajadores Marroquíes en España (ATIME), Kamal Rahmouni, afirmó que el centro educativo tiene “una normativa anticuada” y acusó al Gobierno regional madrileño de dejar que una decisión tan importante la tome el consejo escolar.

Acciones jurídicas

Además, las dos organizaciones islámicas principales en España, la Unión de Comunidades Islámicas de España (Ucide) y la Federación de Entidades Religiosas Islámicas de España (Feeri), señalaron por separado que sus servicios jurídicos ya están preparando una demanda ante los tribunales.

“Si es necesario, llegaremos ante el Tribunal Constitucional, porque la medida del instituto es arbitraria y atenta contra el derecho a la libertad religiosa”, advirtió Mohamed Hamed Ali, presidente de Feeri y secretario general de la Comisión Islámica de España, el órgano que gestiona las relaciones entre los ciudadanos musulmanes y el Estado español.

Tatari recordó el hecho de que la fachada del instituto donde estudia la menor amaneció ayer con pegatinas del partido de la ultraderecha Democracia Nacional con el lema “Stop a la islamización”.

Fue el único incidente de una jornada escolar en la que, una vez más, acudieron a la entrada del centro un grupo de alumnas con el hiyab “en solidaridad con Najwa”. Como en días anteriores, se quitaron el pañuelo al cruzar la puerta.

“Intolerancia religiosa”

Además, el claustro de profesores emitió un comunicado “en respuesta a las insinuaciones de intolerancia religiosa” vertidas contra el centro. Los docentes acusan a la adolescente de incumplir “premeditadamente una norma expresa del reglamento del instituto, que estaba vigente y era público” antes de su matriculación en este curso.

Los profesores insisten en que las normas no obedecen a ningún prejuicio religioso, que no han discriminado a nadie y que el instituto “no es un lugar de culto donde un alumno venga a honrar a su dios, como dice la alumna con respecto a su indumentaria”. El comunicado acusa a la niña y a su padre de actuar de “mala fe” y de “perturbar gravemente el clima de convivencia del instituto”.

En la misma línea se expresó la consejera de Educación madrileña, Lucía Figar (PP), que dijo ayer en la Cope que la actitud de la chica es “un desafío, sobre todo, por parte de su padre”. Figar advirtió de que, si la familia no rectifica, pondrá “el caso en manos del fiscal, porque el propio padre está vulnerando el derecho a la educación de la niña”.