El ambiente en la sala de audiencias era de enorme tensión ayer al mediodía cuando los miembros del jurado que debía determinar la inocencia o culpabilidad de Jeffrey Conroy, acusado de haber ultimado al ecuatoriano Marcelo Lucero, salió a la sala de audiencias para hacer público su fallo.

La familia de Lucero, que ha estado pendiente del fallo desde que empezó la parte final del juicio con la presentación de testigos y pruebas de la fiscalía y la defensa no se hallaba presente por un retraso originado por el tráfico. En tanto, los allegados a Conroy, encabezados por sus padres, mostraban preocupación.

En la lectura del veredicto, el jurado anunció que había encontrado a Conroy, de 19 años, culpable de homicidio en primer grado (sin premeditación) como crimen de odio, lo cual le traerá pena de prisión entre 8 y 25 años, solo por este delito.

Al mismo tiempo lo absolvió de los cargos de asesinato en segundo grado como crimen de odio y asesinato en segundo grado que hubieren podido significarle entre 25 años de cárcel y prisión perpetua.

También fue declarado culpable de asalto en pandilla en primer grado y conspiración en cuarto grado por el ataque a Lucero y tres cargos de asalto en segundo grado como crimen de odio por las agresiones a Ángel Loja, quien acompañaba a Lucero la noche del 8 de noviembre del 2008 cuando ocurrió el crimen, a Héctor Sierra horas antes del ataque al ecuatoriano, y a Octavio Córdova el 3 de noviembre del 2008.

Expertos legales dijeron que si se aplica la acumulación aritmética de las penas que rige en la legislación de EE.UU., Conroy podría pasar al menos cuarenta años tras las rejas.

La duración de la prisión para el autor del crimen de Lucero deberá ser decidida por el juez Robert W. Doyle el próximo 26 de mayo.

Ante una gran cantidad de activistas hispanos y miembros de la prensa el jurado Michael Engel, dijo: “Nunca creímos que los agresores de Lucero tuvieron intención de matarlo, aunque se buscaba un daño físico grave”. Reveló que desde el inicio de las deliberaciones el jurado estuvo de acuerdo en que se trataba de un crimen de odio porque el grupo estuvo durante un año buscando hispanos para agredirlos y las declaraciones de Conroy de que salían en las noches a “cazar mexicanos”.

Robert Conroy, padre de Jeffrey, lloraba cuando se dirigía al ascensor del edificio de la Corte, pero se negó a hablar con la prensa.

El fiscal Thomas Spota dijo que creía que se trataba de “un veredicto justo. La ley protege a todos, no importa si son de otro país, si hablan otro idioma o son indocumentados”.

William Keahon, abogado de Conroy, informó que presentaría una apelación al fallo del jurado. “En nuestro sistema de justicia, muchas personas son condenadas por un delito que no cometieron”, dijo.

De su parte, el gobernador de Nueva York, David Paterson, aseguró que “el veredicto deja claro que este estado no tolerará sentimientos contra inmigrantes y que los crímenes de odio que se cometan serán perseguidos”.

La Corte no ha señalado aún la fecha en que se iniciarán los juicios contra Chris Overton, Jordan Dash. Nicholas Hausch, José Pacheco, Anthony Harford y Kevin Shea, los otros integrantes del grupo agresor, quienes han sido acusados de asalto en pandilla como crimen de odio y otros cargos.

Castigo adecuado
Antes del veredicto, el embajador de Ecuador en Washington, Luis Gallegos, dijo en un comunicado que esperaba que se le diera un castigo adecuado a los responsables a fin de sentar un ejemplo.

Insatisfacción
Pablo Calle, del Departamento Nacional de Migración de Ecuador, dijo que las autoridades ecuatorianas estaban insatisfechas con el veredicto.

Responsabilidad
El padre Alan Ramírez, un portavoz de la familia y defensor desde hace tiempo de los hispanos en Long Island, elogió a la fiscalía de distrito por haber obtenido la declaración de culpabilidad. “Han extraído un tumor, pero el cáncer del odio en esta comunidad continuará, y será responsabilidad de los líderes políticos comenzar a extirparlo”, dijo Ramírez.

Cuatro días
El jurado demoró cuatro días para emitir su veredicto.