Almas emigrantes

En Miranda de Arga viven casi cien emigrantes de ocho nacionalidades. De sus vivencias hablaron en el monográfico intercultural "Luces y sombras del proceso migratorio" que repitió en esta localidad el éxito de Larraga.

Diario de Noticias, Ainara Izko, 16-04-2010

Todo ciudadano tiene derecho a iniciar un nuevo proyecto de vida en un país distinto al de nacimiento. Nunca se sabe cuando las condiciones socioeconómicas o incluso políticas de un país abocarán a que su población inicie un viaje, muchas veces de no retorno, hacia una vida mejor. Eso lo saben muy bien los inmigrantes que colaboraron, el pasado 14 de abril, en el coloquio Luces y sombras del proceso migratorio que tuvo lugar en la biblioteca de Miranda de Arga.

En ella participaron representantes de los tres colectivos mayoritarios del municipio navarro: Mikaela, representando a Rumanía; Bilvana, a Ecuador; y Fátima, a Marruecos. El contrapunto vino de la mano de Ismael Cuesta, vecino de Miranda, quien quiso relatar su experiencia como capellán de inmigrantes en la Alemania de los años sesenta.

El relato de Bilvana Zapata, ecuatoriana de 34 años, casada y con una hija en Ecuador, no deja lugar a dudas. Son muchas las personas que, pese a tener estudios superiores, no pueden ejercer su profesión. “Soy Licenciada en Pedagogía y trabajaba en un colegio, pero me casé y lo dejé todo para emprender una nueva vida. Ahora trabajo cuidando a un anciano enfermo de Alzheimer y en el bar de los jubilados, pero no me arrepiento. Llevo dos años, dos meses y 14 días aquí y pienso quedarme mientras haya trabajo”, comentó. Mikaela, rumana y residente en Miranda de Arga, también tuvo que dejar su trabajo como administrativa (aunque ha cursado la carrera de Derecho) para venirse con su marido.

La comunidad ecuatoriana es, sin duda, la más abundante en Miranda de Arga. Son 55 los ecuatorianos que residen en el municipio. "Todos nosotros decidimos venir porque a raíz del ataque terrorista de las Torres Gemelas la ley de inmigración de Estados Unidos se endureció muchísimo. Esto hizo muy difícil poder cumplir el “sueño americano” y comenzamos a plantearnos venir a España. Hablamos el mismo idioma, lo que facilita la integración y además contamos con el convenio del año 62 por el cual podemos entrar como turistas, sin tener visado", aclaró Bilvana.

En la actualidad, ocho son las nacionalidades que habitan en el municipio: 20 marroquíes, 11 rumanos, 3 peruanos, 2 colombianos, un brasileño, un búlgaro y un boliviano, además de los ecuatorianos. La mayoría se sienten integrados en la comunidad: “Deseo aprender las costumbres y tradiciones de la zona, por eso me apunté a la Asociación de Mujeres las Torres. Creo que es una buena forma de conocer a gente y sentirte del pueblo”, aconsejó Mikaela.

Por su parte, Ismael Cuesta, vecino de la localidad, quiso recordar a los asistentes que hace apenas 40 años fueron los vecinos de Miranda quienes, por razones similares, tuvieron que emigrar a países como Alemania para labrarse un futuro. “Estuve de capellán de inmigrantes en Frankfurt. En aquel entonces había 12.000 españoles trabajando en la zona, además de turcos, italianos, yugoslavos, rumanos etc. Por eso sé que los inmigrantes son una parte fundamental para el desarrollo de un país”, recordó emocionado.

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