La narrativa angloindia más joven y cosmopolita atraviesa fronteras

# Los libros abordan con humor ácido la realidad atroz de la India y la vida en EEUU, país de acogida # • Nuevas obras de Vikas Swarup, Aravind Adiga y Jhumpa Lahiri consolidan la oferta en España

El Periodico, , 14-04-2010

CARLOS MARTÍNEZ SHAW
BARCELONA

Son ya muchos los años en que la ficción india en lengua inglesa viene dando pruebas de una prodigiosa vitalidad, desde que aquella novela fundacional de Salman Rushdie, Hijos de la medianoche, abriera las puertas a esta narrativa en España, aunque ya otras figuras ilustres hubieran consolidado su presencia internacionalmente (Ahmed Alí, R. K. Narayan, Anita Desai). Desde entonces los nombres se han multiplicado y cada año aparecen nuevos creadores de asombrosa calidad, como Vikas Swarup, Jhumpa Lahiri y Aravind Adiga, cuyas nuevas obras acaban de llegar a las librerías, y que tienen en común que son jóvenes, cosmopolitas y anglófonos.

VIKAS SWARUP
Virtudes y humor de ‘Slumdog Millionaire’
La primera obra de Vikas Swarup (Allahabad, 1963), ¿Quién quiere ser millonario?, debe quizá más su celebridad a la adaptación al cine de Danny Boyle (Slumdog Millionaire) que a sus propios méritos, que son muchos: inventiva sorprendente, trama original, ritmo narrativo desbocado, sentido del humor (negro), crítica rebajada con los cubitos de hielo de una envoltura de comedia para hacerla soportable al lector.
Las mismas virtudes que vuelven a aflorar en Seis sospechosos (Anagrama), que, al igual que antes, son el pretexto para construir seis historias que convergen en un asesinato en el que todos los protagonistas son sospechosos, porque todos tienen un móvil dentro de una estructura que recuerda a Asesinato en el Orient Express, de Agatha Christie, (más que a la, también aducida por la crítica, Diez negritos), solo que aquí el ejecutor material solo es uno, naturalmente el más inesperado.
Son las historias las que interesan: las del funcionario corrupto (poseído de pronto por el espíritu de Gandhi), el ladrón de teléfonos móviles (que escucha cosas que le pueden llevar a la fortuna o a la muerte), el patán de Texas (objeto de una caricatura insuperable) que aspira a una de las bodas concertadas típicas de la India, el ministro dispuesto a sacrificar a quien sea para conservar (o aumentar) su poder, la belleza de Bollywood convertida en diosa inalcanzable en su trono mediático pero también vulnerable a las acechanzas de alguna homóloga de la Eva al desnudo hollywoodiense y, finalmente, el nativo de las lejanas islas Andaman, demediado entre las luces de la ciudad y el bucólico encierro de su ínsula natal. Con estos ingredientes, con la fórmula de la comedia hilarante encubriendo la marea de fondo de una realidad atroz, la novela puede convertirse en otro gran éxito, plenamente justificado.

JHUMPA LAHIRI
Cómo vivir en EEUU tras llegar de Bengala
Jhumpa Lahiri (Londres, 1967) es, dentro de la artificialidad de los etiquetados, una escritora estadounidense de raíces bengalís (su familia se trasladó a Rhode Island cuando tenía dos años). Por ello la India aparece al fondo de su mundo creativo, que se nutre de las vicisitudes de las familias asentadas en Estados Unidos pero procedentes de Bengala.
Para ser más exactos, trata de reflejar la problemática de tres generaciones: unos abuelos emigrantes que conservan gran parte de sus tradiciones en el país de acogida; unos padres que normalmente ya forman matrimonios mixtos (el marido suele ser puro estadounidense y la madre hija de emigrantes indios), y los hijos destinados a una educación típica de donuts para desayunar, high school para estudiar (poco) y botella de burbon o whisky para entretener la espera de una beca para una universidad prestigiosa que dé la oportunidad de un «empleo serio».
En este marco, los relatos de Lahiri recogidos en Tierra desacostumbrada (Salamandra / Amsterdam) aparecen como crónicas de esta realidad, como tranches de vie que reflejan las aspiraciones, inquietudes y contradicciones de hombres y mujeres (especialmente mujeres) que se hallan ante esta escisión entre la influencia de los orígenes y la necesidad de adaptarse a la vida en otro país, el que será de ahora en adelante el suyo y el de sus hijos. Su mayor mérito es la admirable profundidad psicológica con que se analizan las conductas de los personajes y el subrayado naturalista y delicado de los pequeños detalles que en su aparente insignificancia revelan las devastadoras tempestades espirituales que amenazan el precario equilibrio sobre el que asienta una felicidad doméstica conquistada al precio de un esfuerzo a menudo fatigoso para superar una dualidad explícita o agazapada. Todo ello produce un volumen de sobresaliente calidad literaria, con algunas narraciones verdaderamente excepcionales.

ARAVIND ADIGA
Feroz crítica a una India podrida
Aravind Adiga (Chennai, 1974) hizo su deslumbrante presentación pública en el 2008 con la espléndida Tigre blanco. Su nueva novela, El faro de los libros (Miscelania) –originalmente Between the Assassinations, en referencia a los asesinatos de Indira Gandhi en 1984 y de Rajiv Gandhi en 1991–, sigue la línea de la primera, en el sentido de la feroz crítica a la estructura económica, social y política de una India podrida, minada por la miseria, la insoportable desigualdad de castas y clases y la corrupción establecida como norma en todos los niveles imaginables.
En este contexto, donde los rasgos de humor o la presencia de personajes entrañables apenas mitigan el dolor y la rebeldía que causan unas historias llenas de verdad, el autor presenta un lugar menos complaciente y mucho más terrible que el Malgudi de Narayan: la ciudad de Kittur, en el estado de Karnataka, al sur de la vieja ciudad portuguesa de Goa y dividida entre hindús (de varias castas), musulmanes (sunnís y chiís), cristianos (católicos y protestantes) y jainistas, que hablan numerosas lenguas locales (alguna, como el concaní, trufada de lusitanismos), mientras las clases acomodadas saben además entenderse bastante en inglés.

ARQUETIPOS / De este abigarrado mundo, el novelista selecciona algunos personajes cuyas peripecias sirven de arquetipos para explicar la fatal desesperanza que anida en los espíritus de hombres y mujeres condenados a trabajar sin recompensas ni horizontes (cuando no bajo la amenaza de la ceguera en la fábrica textil y de la muerte antes de los 40 años).
Condenados además a ser mudos testigos de la más brutal de las violencias o a comprender de pronto (como en el magistral capítulo de resonancias borgianas titulado El cine Ángel) que la información que les ofrecen cotidianamente la prensa, la radio o la televisión es una mera ficción que nada tiene que ver con el mundo real, es decir que hasta la verdad está secuestrada, fuera del alcance del ciudadano, convertido así en un mero habitante de las tinieblas. En suma, otra excelente obra que hace de este escritor recientemente revelado uno de los más seguros valores de la actual narrativa angloindia.

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