Los pronósticos no son nada halagüeños. Cerca de 5.000 extranjeros, que ya están integrados en la provincia, se encontrarán en el plazo de un año en una situación de irregularidad sobrevenida, a no ser que se produzca un cambio radical en el ciclo económico. Algo totalmente improbable.

Así lo advirtió ayer el Secretariado de Migración de la Diócesis Orihuela – Alicante (Asti – Alicante) a partir de dos informes que ha realizado: uno sobre los falsos mitos de las pateras, y un segundo que actualiza los datos del estudio de 2009 sobre la inmigración irregular.

Las estimaciones apuntan que 42.000 personas se encuentran ya en esta situación, que aumentará a corto plazo por culpa de la crisis. Son extranjeros de países no comunitarios que habían conseguido una estabilidad social, que llevaban ya unos años en Alicante, que habían logrado reagrupar su familia, pero que ahora con en el paro no tienen opciones. Sólo recurrir a la economía sumergida, un fenómeno que también se está incrementando sin control, según denunció Fidel Romero, de Asti – Alicante, quien alertó además sobre los casos de explotación laboral.

Desde el Secretario han detectado que el flujo migratorio se está ralentizando. Y el perfil de las personas extranjeras se está modificando «a causa de la irregularidad sobrevenida de familias enteras que no han podido renovar sus permisos de residencia y trabajo».

El problema es que muchos de los afectados – agobiados por las deudas y por los pisos embargados – no pueden retornar a sus países, donde lo dejaron todo y donde ahora no tienen futuro. Una dura realidad que tendrá consecuencias en la sociedad alicantina como, por ejemplo, en la mano de obra y en la pirámide demográfica

«Los pronósticos son malos», reconoció Romero, quien recordó el coste que ha supuesto el sistema de vigilancia de las costa para detectar la entrada de pateras – unos cinco millones de euros – cuando por esta vía sólo han entrado menos del 1% de los inmigrantes.

El organismo dependiente del Obispado ha llevado a cabo una investigación – ‘Pateras y Fantasmas’ – a raíz de los comentarios y las impresiones que recibió de adolescentes que participan en programa de sensibilización que se desarrolla en centros de Secundaria en la provincia. Según Romero, la mayoría de creía, «erróneamente que éste era el principal medio de transporte de la inmigración irregular».

Los datos aportados muestran que desde la detección de las primeras pateras en 2007 en la provincia, la cifra de extranjeros que han llegado a las costas alicantinas de forma clandestina por medio de pequeñas embarcaciones estaría en unos 300 inmigrantes.

Por ello, «no hay nada que justifique el convertir a este grupo, tan excepcional y minoritario, como arquetipo de la inmigración irregular y mucho menos de la inmigración en general». El transporte utilizado por la mayoría sería el avión y el autobús. El informe puntualiza que «la magnificación del fenómeno patera con las constantes noticias que recibimos crea en la sociedad confusión» y puede «desembocar en actitudes xenófobas».