Le Pen, de 82 años, anuncia que se retirará tras el congreso del Frente Nacional en el 2011

El Periodico, 13-04-2010

Cuando los resultados de las elecciones regionales –en las que protagonizó una reconquista política en toda regla– aún siguen coleando, Jean – Marie Le Pen ha decidido pasar a la reserva. A los 82 años, el general de la extrema derecha francesa curtido en cinco campañas presidenciales anunció ayer que cederá el testigo «a las nuevas generaciones» en el próximo congreso del partido que fundó hace 38 años, el Frente Nacional (FN), previsto para enero del 2011. Este veterano militar condecorado de los paracaidistas –combatió en las guerras coloniales de Indochina y Argelia– juzga llegado el momento de situar a su hija Marine, de 41 años, en la rampa de salida.
Enfundado en su eterna americana cruzada azul marino, corbata amarilla y pañuelo a juego en el bolsillo superior, Le Pen pasó página a una época en la que su rostro encendido y vociferante ha encarnado la imagen de la intransigencia y la xenofobia de una parte de Europa ante la llegada masiva de inmigrantes de países pobres.
Carrera atípica
Su carrera política ha sido atípica, forjada con el tesón y la rabia del outsider que se sabe un cuerpo extraño irreconciliable con el establishment. Nacido en el pequeño puerto bretón de La Trinité – sur – Mer en una humilde familia de pescadores, Jean – Le Pen se quedó huérfano en la adolescencia.
Sus primeros pasos en política los dio de la mano de la Unión de Defensa de los Comerciantes y Artesanos (UDCA), formación por la que logró un escaño en 1956 como diputado en la Asamblea Nacional. Era el más joven del hemiciclo. En1972 fundó el Frente Nacional. Sus primeras cosechas importantes de votos las logró a principios de los años 80, después de que un inesperado acontecimiento cambiara su vida. En 1977 un rico empresario le legó toda su fortuna, incluida la gran mansión –de aspecto algo lúgubre– de las afueras de París que convirtió en su cuartel general.
Le Pen se abrió paso en las elecciones con los votos de las clases más populares –en Francia los obreros votan al FN– a golpe de frases polémicas y racistas. «Los enfermos de sida son un peligro para el equilibrio de la nación», dijo en 1987. «Las cámaras de gas son un detalle de la historia», afirmó en 1997 en relación al Holocausto. «La ocupación nazi en Francia no fue particularmente inhumana», sostuvo en el 2005. La declaración le costó una condena de la justicia por un delito de «complicidad de crímenes de guerra y negación de un crimen contra la humanidad». El líder de la ultraderecha provocó de nuevo el escándalo al opinar, antes de la Copa del Mundo de fútbol del 2006, que había demasiados jugadores de color en la selección francesa.
Más sosegado en la forma –aunque no en el fondo– el líder del FN logró un 24% de los votos en la segunda vuelta como candidato en la región de Provenza – Alpes – Costa Azul. Una última gesta, con la que resurgió de sus cenizas después de tres años de travesía del desierto víctima de la operación de acoso lanzada por Nicolas Sarkozy en las presidenciales del 2007. Le Pen vio cómo el actual presidente le robaba en sus propias narices buena parte del 16,8% de los votos logrados en el 2002, cuando derrotó al socialista Lionel Jospin y pasó a la segunda vuelta de las presidenciales frente a Jacques Chirac.
Con la inestimable colaboración de la crisis y de la política de apertura a la izquierda dirigida por Sarkozy, el viejo lobo de la extrema derecha ha vuelto a por sus fueros surfeando sobre la oleada antislámica que recorre Europa. Con el partido «encarrilado», Le Pen cede el testigo para que los militantes elijan entre su lugarteniente, Bruno Gollnisch, de 60 años, y su hija mayor, que sacó un 22% de los votos en la región Nord – Pas de Calais. Él que tanto critica a Sarkozy por haber querido colocar a su hijo Jean en el barrio de negocios de La Defense, asegura que el FN no es una «monarquía hereditaria» y asegura que serán «los militantes» los que decidirán. Viendo sus fotos con Marine en el semanario de Le Figaro, nadie lo diría.

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