El hombre, que se encuentra muy grave, recibió el tiro sin mediar palabra

El hombre, que se encuentra muy grave, recibió el tiro sin mediar palabra

Tras recibir el tiro aún logró caminar unos metros tras su verdugo. Pero se desplomó en plena pista de la discoteca donde ayer de madrugada recibió un disparo en la cabeza. La víctima es Andrés F.?B.?G., de 36 años y nacionalidad colombiana. Testigos presenciales apuntan a que el hombre que le disparó también podría ser de la misma nacionalidad.

El pistolero entró a la discoteca Río Latino, situada en el centro de Pontevedra y frecuentada por la comunidad sudamericana de la ciudad, y disparó a Andrés sin mediar palabra. «Estaba bailando con una chica», relata una mujer que presenció los hechos. La Policía Nacional investiga el suceso y, ayer, una portavoz del cuerpo no aventuró ninguna hipótesis. No se han producido detenciones. Sin embargo, testigos presenciales apuntan a que se trata de una trifulca o ajuste de cuentas entre dos colombianos.

«Le disparó en la cabeza sin decir nada. Oímos un ruido como si fuese de un globo. Y luego todo estaba lleno de sangre», explica un hombre que también se encontraba en la discoteca a las cinco menos cuarto de la madrugada, cuando se produjo el único disparo. Algunos testigos apuntan a que antes de entrar en la discoteca, el agresor fue a buscar a su víctima a un local cercano y, al no encontrarlo, se dirigió a Río Latino.

Trató de atraparlo ya herido

La discoteca consta de dos pistas y, tras recibir el tiro en la cabeza, según relatan los testigos presenciales, Andrés aún tuvo tiempo de salir en persecución del pistolero de una pista a la otra mientras tapaba la herida de bala que acababa de sufrir con la palma de su mano. «A los tres o cuatro metros se desplomó», relata una mujer. El pistolero, que algunas fuentes describen como de aproximadamente 1,75 metros de estatura y vestido con una capucha negra, salió a la carrera sin que nadie lograse apresarlo.

La Policía Nacional, cuya comisaría se encuentra a escasos quinientos metros del lugar en una de las calles paralelas, impidió que los testigos abandonasen la discoteca e identificó e interrogó a todos los empleados y clientes durante más de una hora. Según ha podido saber La Voz, uno de los clientes es un militar que habría identificado la detonación del disparo como la que producen las pistolas del calibre 22, un tipo de arma poco utilizada para la defensa personal pero fácil de ocultar por su pequeño tamaño.

Las primeras asistencias al herido se las brindaron las propias personas que estaban dentro de la discoteca, que hicieron lo posible por detener la abundante hemorragia en la cabeza de la víctima. «En el suelo, Andrés gritaba que no lo ahorcásemos», relata el hombre que le auxilió provisto de rollos de papel higiénico para contener la sangre. «Los médicos tardaron más de media hora», se queja el testigo y amigo de la víctima, que al igual que el resto de las personas con las que contactó ayer este periódico pidió permanecer en el anonimato.

Cuando llegó, la ambulancia trasladó al herido a un centro médico pontevedrés, desde donde fue derivado al Hospital Xeral de Vigo. A última hora de ayer continuaba en la unidad de cuidados intensivos en estado muy grave.

La Voz de Galicia contactó ayer con el encargado del local, un hombre de nacionalidad cubana conocido como Coco. «Son cosas que pasan en la noche», se limitó a comentar sobre lo sucedido.

La discoteca Río Latino, situada en la calle Benito Corbal, ya ha sido objeto de diversas redadas por parte de la Policía Nacional. Fue precintada en febrero del 2009 por la Subdelegación del Gobierno como resultado de una investigación que concluyó con una redada en la madrugada del 24 de enero del mismo año, cuando se identificó a dos empleados del local en posesión de pequeñas cantidades de cocaína con la que supuestamente trapicheaban.