Tranquila Sudáfrica

La Vanguardia, JAUME SALADRIGAS - Ciudad del Cabo (Sudáfrica) , 08-04-2010

Contrariamente a lo que afirman algunos medios de comunicación, el asesinato de Eugene TerreBlanche no representa una desestabilización en Sudáfrica. Las tensiones raciales, nada nuevo en Sudáfrica, no van a ir a más. La gran mayoría de afrikáners veían en TerreBlanche un personaje patético, producto del white trash:clase obrera, sin estudios y socialmente resentida. TerreBlanche y su organización no despertaban ningún interés.

El presidente Jacob Zuma, hombre de gustos y costumbres extravagantes (y chocantes), es también pragmático y muy inteligente. Sabe lo que conviene en momentos delicados. Raudo, ha pedido reflexión. Los extremistas blancos (una minoría menguante), dice Zuma, están en su derecho a ejercer la pataleta. Nada más. A los chicos de la rama juvenil del CNA, mejor les irá si se dejan de tonterías y cánticos racistas: Zuma ha llamado al orden a su líder, el conflictivo Julius Malema. Y es que no está el horno para bollos. Falta poco para el Mundial de fútbol y todavía hay cosas por hacer (y entradas por vender). La economía sudafricana marcha bien, pero, para que pueda continuar en esta senda, conviene fortalecer el actual clima de confianza. Tranquilidad y sosiego, piden los mercados y el pueblo. A medida que pasan los días, los principales periódicos de Ciudad del Cabo, The Cape Times y The Argus,tratan el desafortunado desenlace de Terre-Blanche como un asunto menor, intrascendente. La vida sigue. En Ciudad del Cabo ha amanecido soleado, el termómetro marca 20 grados y sopla una agradable brisa marina.

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