El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, consideró ayer un «incidente aislado» y «excepcional» lo ocurrido el pasado 31 de marzo en la mezquita de Córdoba, donde turistas austríacos se pusieron a rezar por el rito musulmán, actividad prohibida en ese templo católico. Asimismo, expresó su confianza en que esta acción no tenga «continuación» con otros episodios similares y aseguró que el Ministerio del Interior no está especialmente «preocupado» porque puedan repetirse incidentes de este tipo.

El titular de Interior dejó claro que a los ciudadanos austríacos que fueron detenidos en Córdoba se les aplicó la ley, que es igual para todos, sean «cristianos o ateos». Y añadió: «No hay que darle más relevancia. Es un incidente que no ha tenido previos y espero que no tenga continuación».

Respecto a la existencia de más de un centenar de oratorios musulmanes de tendencia radical, Rubalcaba resaltó que el Estado tiene mecanismos para observar estos procesos de radicalización política. También reveló que la futura ley de libertad religiosa regulará el papel de los profesores de religión islámica en los centros educativos.