| Las milicias radicales, nueva amenaza para la seguridad en EE.?UU.

Se llaman a sí mismo patriotas. Defensores de la Constitución. Se consideran rebeldes contra un Gobierno tiránico que les quiere arrebatar sus libertades individuales. Son la derecha más extrema de EE.?UU. La misma de cuyas filas salieron la semana pasada nueve personas detenidas por el FBI por querer atentar contra el Gobierno.

Como ellos, cientos de grupos paramilitares operan en EE.?UU. ocultos por unas leyes que permiten el libre comercio de armas. Según la Constitución de EE.?UU., crear una milicia no es ilegal siempre que sirva para defender al país. Gracias a este limbo legal millares de estadounidenses pueden comprar armas, reunirse e incluso recibir entrenamiento militar sin necesidad de dar explicaciones.

El fenómeno no es nuevo. En los noventa la misma combinación de desempleo e intervención estatal inflamó el odio al Gobierno y acabó con la vida de 168 personas en Oklahoma. La masacre, el mayor atentado después de las Torres Gemelas, fue perpetrada por Timothy McVeigh, un antisistema que quería vengarse de lo que llamaba un Gobierno tiránico.

Dos factores han contribuido a la resurrección del fenómeno tras su captura. Por una parte, la llegada de redes sociales como Twitter o Facebook que ayudan a propagar nuevos grupos, muchos de los cuales se comunican a través de la web. Por otro, la elección de Obama desató los fantasmas del socialismo y propició asociaciones de ultraderecha como el Partido del Té. La llegada de Obama dio lugar además a un movimiento bautizado Birther, que se niega a reconocerlo porque no cree que haya nacido en EE.?UU. El caso más llamativo de Birther se produjo cuando un soldado se negó a ir a Afganistán porque sería ilegal luchar para un «presidente extranjero».

El riesgo de estos grupos estriba en que muchos están formados por ex militares dispuestos a tomar las armas. Son gente como los Guardianes del Juramento, organización paramilitar nacida el año pasado. Con más de 50.000 miembros, su web ofrece una descripción del escenario con que trabajan: «El próximo año los derechos desaparecerán en este país y Obama levantará una ley marcial. Cuando ocurra debemos salir a la calle y luchar contra el Ejército. Será nuestra segunda revolución y el pueblo triunfará sobre la tiranía».

Son la nueva amenaza. No llega en aviones ni tiene acento extranjero, sino carné estadounidense y una bandera por religión.