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Hace seis años que se marchó a Portugal a hacer el examen mir porque en España era muy difícil conseguir una plaza de pediatría «y porque tenía más posibilidades de quedarme cerca de Galicia haciendo el mir en Portugal». Efectivamente, ahora trabaja en el centro de salud de Vila Verde, en Braga, a unas dos horas de su ciudad natal, Ourense.

Dolores González Vázquez es una de las muchas licenciadas que emigraron hace años al país vecino, pero no es consciente de que ahora haya una entrada mayor de facultativos desde Galicia. Lo que sí aprecia es una clara diferencia entre los motivos por los que emigraron los jóvenes de su generación y los de más edad. Los primeros lo hicieron para realizar allí el examen mir por la dificultad que implicaba lograr plaza en España, mientras que los mayores se iban debido a los problemas para encontrar trabajo.

Asegura que la profesión está mejor en Portugal, pese a la crisis que acucia al país luso. Sobre todo por la estabilidad en el inicio de la vida laboral. Mientras en Galicia se encadenan contratos de meses o incluso días, «aquí la contratación es mejor». «Eres prácticamente fijo desde el primer momento. Siempre vas a tener trabajo y en buenas condiciones», añade Dolores González.

Tras la sangría de médicos que se fueron a Portugal desde finales de los noventa hasta hace unos años, reconoce que hace poco se produjo el retorno de algunos, tendencia que se ha frenado. Dolores es una de las que tienen claro que, al menos por el momento, no va a volver a Galicia para ejercer.