Musulmanes austríacos critican la «agresividad» de la Policía

La Razón, 03-04-2010

La Juventud Musulmana de Austria (JMA) pidió hoy disculpas y lamentó los incidentes en la Mezquita de Córdoba (España), pero criticó la “agresividad” y el “uso desproporcionado de la fuerza” por parte de la seguridad privada y la Policía española.
      

“La seguridad privada fue muy agresiva, grosera y desproporcionada. Rezar fue un error, pero eso no justifica cómo nos trataron. A uno de los jóvenes le llegaron a decir en inglés: ‘Esto es una guerra y te vamos a matar’”, explicó a Efe Alexander Osman, portavoz de la JMA y testigo del altercado ocurrido en la mezquita – catedral de Córdoba el pasado miércoles.
      

Osman también tachó de “mentira total” que el incidente estuviera planificado, ya que compraron las entradas poco antes de entrar y sólo un pequeño grupo comenzó a rezar por el rito islámico “de forma espontánea”.
      

En todo momento el grupo, aseguró, actuó de forma respetuosa y pacífica, pero achacó a un malentendido y a un problema de información que unas 20 personas de los 118 que viajaban comenzaran a orar.
      

“Los jóvenes no eran conscientes de las consecuencias de lo que hacían. En Austria hemos orado con cristianos en actos interreligiosos tanto en mezquitas como en iglesias sin que pasara nada”, indicó.
      

“La atmósfera espiritual y la belleza del lugar les incitó a rezar”, afirmó, diciendo que lo hicieron de forma discreta, hasta que al final del rezo la seguridad les increpó de forma grosera.
      

El portavoz aseguró que las autoridades españolas se portaron de forma profesional y ayudaron a rebajar la tensión, pero criticaron la actuación de algunos policías que “se excedieron” con uno de los detenidos, un joven que iba con muletas y una pierna escayolada.
      

Según Osman, un gesto de ese chico fue malinterpretado por los agentes al creer que les agredía con una de las muletas, por lo que le dieron “una paliza humillante” y les trataron a todos “como criminales peligrosos”.
      

Ese detenido estuvo varias horas en el hospital por los golpes que recibió, algo que refleja el parte médico, agregó.
      

También criticó que durante su detención ese joven no fuera atendido en otro idioma que el español, y que todas las comidas que le ofrecieron durante dos días, salvo una, contuviera cerdo, un alimento prohibido para los musulmanes.
      

El portavoz explicó que ninguno de los jóvenes llevaba un cuchillo y que los guardias de seguridad mintieron en sus declaraciones, para lo que cuentan con grabaciones de lo sucedido.
      

En cualquier caso, la JMA ofrece sus “disculpas ante la Iglesia Católica de España y sus fieles por este acto irreflexivo. Los chicos no quisieron en ningún momento provocar, ni herir los sentimientos religiosos de nadie. Lamentan mucho lo sucedido”.
      

El portavoz de la asociación explicó que los jóvenes, que hoy visitan La Alhambra de Granada, han viajado las dos últimas semanas por España, un país que, pese a la “experiencia traumática” vivida, “les ha impresionado por su historia y por la hospitalidad de su gente”.
      

La JMA es la asociación juvenil de la comunidad de culto musulmana en Austria, en sus estatutos promueve una identidad austro – musulmana abierta, democrática y “libre de cualquier tipo de discriminación”, al tiempo que asegura que el 60% de sus más de 3.000 afiliados son mujeres.
      

Los dos detenidos por los incidentes fueron puestos hoy en libertad con cargos, a uno se le imputan los delitos de tentativa de homicidio, contra el sentimiento religioso y atentado contra la autoridad, y se le ha retirado su pasaporte de Sri Lanka, mientras que al segundo se le acusa de los delitos de atentado contra la autoridad y desórdenes públicos.
      

Además, a otras seis personas del mismo grupo de musulmanes, que no fueron detenidas, se les imputa un delito de desórdenes públicos.
      

Según se recoge en la denuncia policial, uno de los jóvenes propinó un puñetazo a uno de los agentes de seguridad en un forcejeo, por lo que la seguridad privada del templo procedió a avisar a la Policía Nacional, que trasladó a quince agentes a la Mezquita.
      

La denuncia recoge también que algunos de los implicados se encararon a los agentes y que uno de ellos sacó un cuchillo de grandes dimensiones que presuntamente intentó clavar en el tórax de uno de los vigilantes, que resultó herido en una mano al intentar evitar la agresión.

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