Decálogo con techo

La Verdad, MANU MEDIAVILLA, 02-04-2010

Un excluido, en busca de comida. :: AFP

Acabar con la exclusión residencial – cuya situación más extrema y visible es vivir en la calle – es posible. Así lo recalca una Campaña Europea no gubernamental, que arrancará el 14 de abril en el Parlamento de Bruselas, para resolver en 2015 el problema de las personas sin hogar. Y así lo han asumido ocho organizaciones que trabajan con ese colectivo al prologar esa iniciativa continental con el lanzamiento en Madrid de diez Propuestas para una Estrategia de Erradicación del Sinhogarismo.

Esta palabra, traducida del inglés «homelessness», resume el amplio concepto de exclusión residencial, que es un proceso complejo con múltiples dimensiones y causas. Junto al abanico de razones personales que pueden abocar a la carencia de vivienda – fallecimiento, ruptura o conflicto en la familia, drogadicción, enfermedad mental, etcétera – , tienen un peso aún más decisivo factores estructurales como los altos precios inmobiliarios, el desempleo y la precariedad laboral, la insuficiente protección social, la política de inmigración o las distintas formas de discriminación. Y también influyen factores institucionales como la falta de coordinación o la ineficacia de servicios y ayudas sociales.

El propio retrato estadístico de esa realidad es complejo. En España, los estudios del sociólogo Pedro Cabrera permiten a las ocho entidades citadas (cuyo común ámbito de trabajo madrileño se hace nacional en organizaciones como Cáritas, RAIS, Red Acoge o Provivienda) actualizarlo: 6.190 personas sin techo que duermen en la calle, 33.464 personas sin vivienda que tienen un lugar temporal donde dormir en albergues e instituciones y 1.475.037 personas con vivienda inadecuada, unas veces en caravanas o asentamientos y otras en casas insalubres o con gran hacinamiento. En toda Europa, las estimaciones cifras las personas sin hogar en tres millones y en 15 millones quienes habitan en viviendas precarias.

Precisamente, como señala María José Aldanas desde Provivienda, porque se plantean «desde la realidad que conocemos por el trabajo cotidiano», las diez propuestas son «un punto de partida» en el marco de «una estrategia planificada y temporalizada para erradicar el ’sinhogarismo’». Ya no se trata de «gestionarlo», como se ha hecho hasta ahora, sino de «destinar tiempo y recursos a alternativas duraderas y personalizadas» que desborden las simples soluciones de emergencia. Y para ello, como apunta Rosalía Portela desde la Federación de Asociaciones de Centros para la Integración y Ayuda a Marginados (FACIAM), es fundamental implicar «a todos los actores», incluidos las Administraciones y organismos oficiales, y «empoderar a las propias personas sin hogar como primer paso para su inclusión social».

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