Una decena de demandantes de asilo amenazados de ser expulsados de Suiza se encuentran en huelga de hambre desde hace varios días en el centro de detención del aeropuerto de Zúrich, informaron ayer las autoridades judiciales suizas.

La protesta tiene lugar después de que la semana pasada un nigeriano inmigrante irregular muriese de forma súbita cuando estaba a punto de ser repatriado a su país por la fuerza, lo que llevó a las autoridades suizas a cancelar todos sus vuelos especiales para expulsar a indocumentados. El fallecido llevaba también tres días en huelga de hambre.

Los sin papeles que han iniciado la misma protesta devuelven las comidas que se les entregan sin tocarlas, según las autoridades. Los detenidos están encerrados en celdas con cuatro a seis literas, por lo que la portavoz judicial, Rebecca de Silva, no excluyó que los huelguistas se repartan alguna de las raciones entre ellos y devuelvan la mayor parte de estas. Este centro de detención puede acoger hasta a 106 ilegales.

El inmigrante fallecido la semana pasada, de 29 años, había solicitado asilo en Suiza, aunque había estado en la cárcel por tráfico de estupefacientes. Ante el rechazo de las autoridades a su solicitud e inminente expulsión, el nigeriano inició una huelga de hambre tres días antes de su deceso, que ocurrió justo después de haber sido esposado a la fuerza de pies y manos.

La Oficina Federal de Migraciones precisó que en el 2009 hubo 43 vuelos de expulsión que salieron con 360 personas que se negaban a abandonar el país. La muerte de este inmigrante y la polémica que ha levantado – en relación a si los métodos utilizados por las fuerzas de seguridad son los más apropiados – coincide con el inicio del debate parlamentario sobre una iniciativa del partido de ultraderecha UDC para retirar el permiso de residencia y expulsar a todo extranjero condenado por un delito grave.