Obama, ante su día crucial

Diario Sur, JUAN PABLO NÓBREGA, 21-03-2010

Barack Obama y todo su equipo continuaban puliendo ayer los detalles de la votación prevista para las seis de la tarde de hoy, hora española, del proyecto estrella de la legislatura: la ley de reforma sanitaria que dará cobertura a 32 millones de estadounidenses sin seguro médico.

Tras meses de espera, en los que la oposición republicana ha tenido al alcance de la mano descarrilar el proyecto, los estadounidenses están cada vez más cerca de contar con un modelo universal de salud tras décadas donde el coste de la sanidad se ha desorbitado por el control casi omnímodo de las aseguradoras privadas.

Los demócratas, que controlan la Cámara de Representantes de Estados Unidos, se reunieron ayer a puerta cerrada para tratar de asegurar los 216 votos necesarios para aprobar el proyecto. Aunque los apoyos han ido cayendo a favor de la medida según se acercaba la votación, sólo doscientos diputados habían anunciado públicamente su respaldo, lo que da una idea de que aún se viven horas cruciales para persuadir a un nutrido grupo de congresistas indecisos.

Entre los principales retos que han rodeado las negociaciones en las últimas horas han vuelto a dominar las discrepancias sobre los fondos federales para la cobertura del aborto, un asunto para el que algunos representantes demócratas conservadores, como Bart Stupak, han exigido un lenguaje más contundente como condición indispensable para respaldar la nueva legislación.

Mientras, la portavoz del Congreso, Nancy Pelosy, ha tratado de sacudirse la presión y limitar el efecto de los recortes en lo relacionado con la cobertura a la interrupción del embarazo. Pelosy aseguró que no se efectuará ninguna votación adicional sobre esta cuestión.

Legisladores y grupos defensores de los hispanos apoyaron con reservas el proyecto de ley, después de conseguir que ofrezca un mayor acceso a los inmigrantes legales y con la esperanza de que una futura reforma migratoria resuelva la falta de atención médica para indocumentados. «Si este voto fracasa, la industria de los seguros continuará marcando las reglas del juego, negando cobertura y atención médica necesaria a millones de personas», dijo el presidente Obama en su última aparición pública el pasado viernes.

«Aumento de impuestos»

Entretanto, el líder de la minoría republicana en la Cámara Baja, John Boehner, continuó incendiando el debate con el argumento de que los demócratas «quieren ahora que el Gobierno federal controle la atención médica, que representa la sexta parte de la economía del país». «En realidad, este proyecto requiere 10 años de aumentos de impuestos y 10 años de recortes al ‘Medicare’ – el programa de atención médica gratuita a los pobres – sólo para pagar seis años de supuestos beneficios, muchos de los cuales no entrarán en vigor hasta 2014. Eso no es ninguna reforma», señaló.

La nueva legislación, que afectaría a virtualmente todos los estadounidenses y los que nazcan dentro de un año, prohíbe a las aseguradoras que nieguen cobertura médica argumentando «planes preexistentes a la reforma». El coste estimado durante los próximos diez años es de 940.000 millones de dólares (unos 683.000 millones de euros), pero los ciudadanos se enfrentan, por primera vez, a penalizaciones por no aceptar la medida, por lo que tendrán que contratar obligatoriamente algún tipo de seguro.

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