Desmantelan el mayor asentamiento de rumanos

un centenar

de personas abandona una nave de hernani

Realojan a 24 "okupas", entre los que se encuentran quince menores y hay once enfermos de tuberculosis

Diario de noticias de Gipuzkoa, n.g., 16-03-2010

donostia. Más de un centenar de rumanos han sido desalojados en los últimos días de un pabellón abandonado de la empresa Azkar, en Hernani, asentamiento que había acabado por convertirse en el más numeroso del territorio. Tras adoptarse la medida, una veintena de niños se vieron obligados a dormir ayer bajo la Autovía del Urumea, junto al pabellón. Hay once enfermos de tuberculosis. En concreto, son siete niños y cuatro adultos de una misma familia quienes siguen un tratamiento médico en el ambulatorio de Astigarraga. El pabellón será demolido a lo largo de esta semana después de más de dos años de ocupación.

A primera hora de la mañana de ayer se procedió al desalojo del último inquilino, cuando una patrulla de la Ertzaintza y agentes de la Guardia Municipal de Hernani intervinieron en la operación sin que se produjera ningún contratiempo. “Tras desalojar al último, han venido otros dos varones, pero les hemos explicado la situación y no ha habido mayores problemas”, explicaba un agente que custodiaba el acceso al lugar, que fue vallado.

Poco después se personaron en el lugar miembros del Servicio de Emergencias Sociales de la Diputación, que han realojado a un total de 24 personas, entre las que se encuentran quince niños escolarizados en Astigarraga. Estas personas vivirán de manera temporal en diferentes establecimientos hosteleros.

La zona estaba ayer acordonada y permanecerá así hasta que se proceda al derribo. Operarios de limpieza comenzaron a fumigar el interior del pabellón y retirar la porquería de las chabolas repartidas en los 1.500 metros cuadrados de esta vieja nave ocupada desde hace más de dos años. Operarios de Iberdrola también se personaron en el lugar para evaluar el estado en el que se encuentra el tendido eléctrico.

rápida operación

Condiciones de insalubridad

El Juzgado de Instrucción número 2 de Donostia había resuelto favorablemente proceder a la demolición, pero los acontecimientos se han acelerado debido a un informe muy negativo de Sanidad, que aconsejaba actuar sin demora debido a las condiciones de insalubridad y al brote de tuberculosis detectado en la zona.

Durante este tiempo, incluso, dos críos recibieron la mordedura de ratas y tuvieron que marchar de urgencia a centros hospitalarios de Rumanía ya que, al parecer, no existía en Gipuzkoa el protocolo de actuación necesario en estos casos.

La orden de desalojo era conocida por los moradores desde hace dos semanas. La mayor parte de ellos abandonaron el lugar durante el fin de semana. Algunos optaron por tomar un autobús y regresar a su país mientras que otros han decidido trasladarse a otros asentamientos repartidos por el territorio, en lugares como Ordizia y Arrasate. Son las familias con niños las que han decidido quedarse en la zona. El párroco de Astigarraga, Mikel Goenaga, que ha tratado directamente con muchas de las familias desalojadas, se mostró crítico ayer con el procedimiento llevado a cabo por la Diputación, propietaria del terreno y responsable de la tutela de los menores que no cuentan con tutor.

La parroquia de Astigarraga había solicitado una moratoria para tratar por todos los medios de que todas las instituciones implicadas consensuaran una medida que permitiera evitar el desenlance que finalmente se ha producido. “Cuando pedí la moratoria, lo hice para que la Diputación, que tiene la competencia de menores, actuara de manera conjunta con el Ayuntamiento de Hernani (implicado por la ubicación del pabellón) y el de Astigarraga, por ser la localidad donde se han empadronado la mayor parte de los rumanos. Lo ideal habría sido que se hubiera actuado de manera conjunta, pero nada de eso se ha producido”, criticaba el párroco, dolido al comprobar que “se ha impuesto la vía de los hechos” con soluciones “intermedias que no sirven para nada”.

Aludía de este modo a algunas de las medidas que se han ensayado en las últimas semanas, como la propuesta que se ha hecho a varias de estas familias para que se alojaran durante tres días en el barrio donostiarra de Intxaurrondo, algo que finalmente declinaron, puesto que los chavales acuden diariamente a la ikastola y al centro médico de Astigarraga, lo que les exigía un desplazamiento diario que no podían asumir.

alojar a los enfermos

Actuar con celeridad

En otros casos, como el de un matrimonio con un hijo de 17 años, se ha aplicado el Programa de Acompañamiento Externo para presos (PAE), única salida que se ha encontrado para esta pareja, que no tiene ninguna cuenta pendiente con la ley. Gracias a este programa se ha conseguido que la familia pueda realizar el trámite para poder acceder a un piso de alquiler en Hernani.

El párroco de Astigarraga está a la espera de la respuesta de los herederos de una vivienda vacía ubicada en esta localidad. A falta de otro tipo de soluciones, Goenaga tiene previsto dar alojamiento en este inmueble a los siete niños y cuadro adultos afectados por la tuberculosis. Esta familia tiene previsto derribar la vivienda, pero mientras tanto podría dar cabida a estas personas enfermas que necesitan un techo.

Hay otra pareja con cuatro hijos para quienes se está buscando de urgencia un piso en la calle Carabel de Hernani. El párroco lamentó estar tomando este tipo de medidas “contrarreloj” después de haberse tomado una decisión para la cual no han sido consultadas las personas que trabajan más directamente con estas familias. “Tuvimos un reunión el jueves pasado sobre esta cuestión y la Diputación ni siquiera se personó. Con nosotros, desde luego, no han tenido una gran voluntad de buscar una solución consensuada”, criticó Goenaga, lamentando que se están dando muchos pasos “a salto de mata”.

La semana pasada, este mismo asunto tuvo su protagonismo en las Juntas Generales, cuando el delegado episcopal de Cáritas en Gipuzkoa, Joserra Treviño, demandó una mayor coordinación interinstitucional para dar respuesta a la problemática que rodea a los rumanos gitanos que recalan en el territorio. La población se ha cuadruplicado en los últimos cuatro años, al pasar de 874 personas hace un lustro a 4.096 el año pasado, según datos facilitados por Ikuspegi, el Observatorio Vasco de Inmigración.

Desde la parroquia de Astigarraga no aciertan a comprender la adopción de medidas tan expeditivas cuando hay chavales que llevan en el territorio varios años, para los cuales “se podía haber ideado alguna salida que no fuera tan drástica”.

Los chavales están escolarizados desde hace tiempo en la Ikastola Arantzazuko Ama, que comparten Astigarraga y Martutene. Algunos de ellos acuden a la escuela desde hace cuatro años e incluso dominan el euskera. Buena muestra de la creciente aceptación con la que cuentan estos chavales viene determinada por situaciones como la vivida en las últimas Navidades, cuando en la kalejira de Olentzero que recorría las calles de Astigarraga se entonaron también canciones en rumano.

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