¿Para qué sirven las ONG?

Diario Vasco, Javier Elzo, 13-03-2010

Este martes pasado, Ignasi Carreras, durante mucho años director general de la ONG Intermon Oxfam y en la actualidad profesor en ESADE (aunque sigue vinculado al mundo de las ONG) nos dio, en el Forum Deusto, una conferencia sobre los retos para las ONG en tiempos de cambio. (Si están interesados pueden visionarla en deusto.tv en el enlace del Forum Deusto).
Ignasi Carreras habló del rol de las ONG que cifró en tres grandes puntos: la opción preferencial por los pobres, la capacidad de ser pioneros en innovación social y tener la antena puesta en la defensa de los derechos humanos. Como ejemplo de la opción por los pobres citó a la madre Teresa de Calcuta (aunque indicó que hay muchas teresas de calcula desconocidas por el mundo), respecto a la innovación social mencionó al Premio Nobel Mohamed Yunus, creador de los microcréditos y respecto a los derechos humanos, tras recordar a Gandhi y Mandela, trajo a colación a Amnesty Internacional.
Mostró cómo las ONG, que fueron vistas en lo años 60 como meros parches que ayudaban a mantener el sistema capitalista, llegando allí a donde el sistema no llegaba, han perdido crédito, en los últimos tiempos, en la sociedad. A veces por los escándalos que rodearon a determinadas ONG (Intervida, Anesvad por ejemplo), a veces por sus propias deficiencias y, todo ello, en el contexto de una sociedad que solamente apoya a las ONG de forma puntual (caso de Haiti, recientemente) sin que haya un apoyo continuado.
¿Qué es una ONG exitosa, se preguntaba Ignasi Carreras? Señalaba estas cinco notas: 1ª: consigue altos resultados y tiene impacto social, 2ª: aporta gran valor, de forma duradera, a sus destinatarios, 3ª es eficiente, transparente y rinde cuentas de su gestión, 4ª, tiene un apoyo creciente por parte de la sociedad e instituciones, luego alta credibilidad y 5ª, es considerada como la entidad ‘ideal’ para trabajar y colaborar (plantilla, voluntarios, socios, etc.)
Obviamente se planteó la cuestión de los conflictos que puede haber entre las ONG y las instituciones, sea en particular (lo estamos viendo ahora entre SOS Racismo y la Diputación), sea con el sistema (capitalista) en general. A una pregunta global sobre esta cuestión respondió que «la revolución murió en los años 60 y que ahora estamos de lleno en las reformas», sin olvidar que no hay ONG independiente en los regímenes totalitarios. De ahí que acuñara, al finalizar su conferencia, como uno de los objetivos de fondo de las ONG, el de ser «catalizadores de cambios locales y globales» lo que significa, precisó, avanzar y luchar por «Estados (administraciones) fuertes en una sociedad civil fuerte».
Lo que conlleva, me permito añadir, una sociedad civil exigente con su administración sí, y consigo misma, también. Pero, en la actualidad, a la hora de exigencias, la balanza se inclina en pedírselas a la Administración, a la que hemos convertido en policía, proveedor y protector. Grave rémora para una sociedad civil fuerte.

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