El delegado saharaui en Navarra, Ahmed Salama, fue recibido el lunes 1 de marzo por la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina. El objetivo de la reunión fue doble: por un lado, agradecer al Ayuntamiento de Pamplona la cesión de un piso en la calle San Pedro, en la Rochapea, utilizado como sede para la delegación saharaui en Navarra, y por otro, informar a la alcaldesa de la situación del pueblo saharaui.
Ahmed, de 53 años, casado y con cinco hijas, ha trabajado siempre en favor de la causa saharaui. Primero se enroló en el Frente Polisario para después pasar a ser responsable de la inmigración de su país en Canarias, Francia, Senegal o Mauritania. Tras ser embajador en Angola y Namibia, desde hace dos años y medio dirige la delegación saharaui en Navarra.

¿Qué pretenden impulsar desde esta nueva sede cedida por el ayuntamiento?

Nuestro objetivo es promover la solidaridad humana, material y política con la causa saharaui. Cada comunidad española cuenta con una delegación, necesaria para coordinar la ayuda. Trabajamos conjuntamente con el Gobierno de Navarra, ayuntamientos, partidos, universidades, sindicatos y ONG.

¿Cómo se materializa esta ayuda de la sociedad navarra con el Sáhara?

Desde hace ya mucho tiempo las instituciones aportan bienes económicos para proyectos sociales en el Sáhara. Además, hay intercambio de delegaciones parlamentarias para que nuestros políticos aprendan de instituciones consolidadas como el Parlamento de Navarra. Más concretamente, en la ciudad de Tifarit existe un centro médico llamado Hospital Navarro, que cumple una gran función y fue construido con fondos llegados desde aquí. También El Aaiún cuenta con otro hospital mantenido con medios navarros, además de varios dispensarios y un taller para mantener los camiones que distribuyen la ayuda por los campamentos.

¿Qué proyectos nuevos pretende impulsar desde este nuevo local para su delegación?

Ahora estamos organizando un viaje con representantes institucionales que va a participar en la inauguración el 18 de marzo de un centro de pedagogía, formación de profesores y tratamiento de documentos subvencionado por la consejería de Educación del Gobierno de Navarra. Además, seguiremos adelante con el proyecto Vacaciones de Paz, que permite desde hace años a niños saharauis pasar el verano con familias navarras.

¿Qué supone para un niño saharaui poder disfrutar del verano en Navarra?

Lo principal es que descubren que el entorno no es siempre hostil. Están acostumbrados a ver la frontera como enemiga, porque siempre está custodiada por el ejército marroquí. Cuando llegan aquí comienzan a valorar la solidaridad y descubren el calor humano de otra familia que no es de su cultura. Vuelven más formados y siendo mejores personas.

¿Cómo ve actualmente el conflicto del Sáhara?, ¿hay atisbos de solución?

El Sáhara encontrará una solución, antes o después. Tenemos una gran esperanza en la actual presidencia española de la Unión Europea. España siempre ha sido un aliado importante de la causa saharaui, y creemos que esta coyuntura de presidencia española debe ser aprovechada para dar pasos hacia la solución. De todas formas, nosotros debemos estar muy agradecidos al pueblo español y al navarro por su solidaridad. España y Navarra han de saber que el pueblo saharaui tiene muy presente su ayuda y sabrá devolverla en consonancia.