LEIOA. Joven, suramericano y con escaso tiempo de residencia. Ese es el rostro de la inmigración en Leioa, colectivo que, como dato curioso, tiene estudios, ya que un tercio dispone de formación secundaria. Respecto a la convivencia, que mejora con los años de residencia, los vecinos autóctonos aceptan mejor a los latinoamericanos que a los rumanos y marroquíes. “El recelo de que copan los Servicios Sociales no es cierto”, según fuentes municipales.

El I Plan de Inmigración, aprobado por unanimidad en el último pleno y desarrollado por el Ayuntamiento de Leioa, pone sobre la mesa datos que ayudan a conocer mejor a los inmigrantes que viven en la localidad. Actualmente, el colectivo ronda el 5,3% del total de padrón, aunque no ha dejado de crecer en la última década. De hecho, se ha doblado desde 2004.

Respecto a la edad, el colectivo se muestra joven. “Un dato interesante es que el 30% de estas personas no llega a 30 años, por lo que estamos hablando de una población joven y activa”, según la concejala de Servicios Sociales, Isabel García, que destaca también la formación de los inmigrantes residentes en la localidad. Una de cada tres personas inmigrantes tiene estudios secundarios (34,6%), seguido de las personas con estudios primarios (31,9%), y un 13% que cuenta con estudios superiores, frente a el escaso 0,5% de personas que no cuenta con ningún tipo de estudios, según este plan municipal.

Suramérica es el origen principal del colectivo. Siete de cada 10 inmigrantes en Leioa proceden de Suramérica, un dato algo superior al de la CAV y Bizkaia, donde rondan el 50%. Destaca Bolivia, con un 35%, como el país que más ciudadanos aporta a Leioa, seguido de Colombia (13%). En minoría están los extranjeros de la Unión Europea (15%) y el Magreb (7%).

Cierto recelo El plan, que “dará soporte a las políticas municipales desde la transversalidad”, revela que existe “un cierto recelo” entre los vecinos autóctonos y los inmigrantes, que se diluye con el tiempo. Los leioztarras temen que este colectivo cope algunos espacios públicos y tenga estructuras familiares amplias, con muchos hijos.

Además, existe el convencimiento de que acaparan los presupuestos de Servicios Sociales, algo que los números cuestionan, según García. “Únicamente en emergencia social son más, pero, sin embargo, las cuantías son pequeñas”, concluye.