Salt

La Razón, 08-03-2010

Fue una noche de marzo de 1997 que once inmigrantes murieron y seis resultaron heridos al estrellarse el camión que los transportaba ilegalmente en una curva del municipio de Capmany (Girona). El entonces Sindic de Greuges, entrañable Anton Cañellas, al día siguiente y por decisión propia se presentó en el lugar del suceso y presidió el acto de solidaridad que organizamos asociaciones y particulares en homenaje a aquelos pobres desgraciados que sólo buscaban pan para sus hijos.
Casi 15 años después, en otra circunstancia migratoria, ha sido nuestro presidente, José Montilla, quien se ha reunido con Iolanda Pineda, alcaldesa de Salt, para mostrarle su apoyo moral y real en un momento en que aquel municipio atraviesa una crisis vecinal, motivada por la delincuencia, y un brote xenófobo, protagonizado por un reducido grupo de neonazis, que, como es habitual, aprovechan para intentar convertir a los inmigrantes en el chivo expiatorio de todas las desgracias. Cierto, es la seguridad la que da confianza en el hoy y en el mañana. Seguridad social, como tener garantizada la sanidad, la escuela y el trabajo; seguridad física, para estar protegidos de delincuentes y sinvergüenzas; seguridad moral, de saber que la ciudadanía respeta los derechos humanos y valora la equidad y la fraternidad.
En Salt, es momento de que autóctonos e inmigrantes unan esfuerzos para apoyar a su alcaldesa en la lucha por la seguridad y contra la delincuencia.

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