Politica

Los sueños del vecino del Sur

Rabat aspira a una alternativa que supere el acuerdo de adhesión y ambiciona recabar los fondos comunitarios

Las Provincias, PAULA ROSAS | RABAT., 07-03-2010

En julio de 1987, el rey Hassan II conseguía un gran golpe de efecto al solicitar la adhesión a la entonces Comunidad Económica Europea (CEE). La petición fue, obviamente, rechazada – ni Marruecos estaba preparado, ni era un país europeo – , pero el mensaje estaba claro: Rabat no quería entonces ni quiere ahora ser simplemente «el vecino del Sur». Marruecos quiere más.

La cumbre entre la UE y Marruecos que se celebra en Granada supone para el país africano un momento estratégico en el que espera avanzar hacia una mayor integración con Europa. Pero Rabat, que considera que ha hecho los deberes un año después de la firma del Estatuto Avanzado en octubre de 2008, también ve en la simple celebración de la reunión una recompensa a sus esfuerzos y un motivo de orgullo. La prensa marroquí no ha dejado de destacar la relevancia de una cumbre «histórica» en la que, por primera vez, la UE se reúne al más alto nivel con un país árabe.

Para el principal promotor marroquí de los acuerdos con la UE, la cumbre debe ofrecer una alternativa a la adhesión que vaya más allá del acuerdo de asociación, opina Yusef Amrani, secretario general de Asuntos Exteriores marroquí. Rabat, que recibirá más de 580 millones de euros entre 2011 y 2013 del presupuesto de la política europea de vecindad, ambiciona asimismo los fondos estructurales y de cohesión de los que gozaron España, Portugal o Grecia para su acceso a la Comunidad Europea.

Oportunidades

Pero, pese a la postura oficial, la opinión pública marroquí es consciente de que la cumbre de Granada ofrece a Marruecos oportunidades que no deben dejarse escapar. Es el momento de ponerse las pilas y, para ello, Rabat debe dotar de contenido al Estatuto Avanzado con una hoja de ruta que marque el camino a seguir durante los próximos años, algo que, casi año y medio después de la firma, no ha visto aún la luz. La pelota del cambio económico, social y democrático está, al fin y al cabo, en el tejado marroquí.

«La parte más dura del trabajo no ha sido aún abordada, es decir, el saneamiento de la economía marroquí y el destierro de todas las prácticas mafiosas que la nutren en la opacidad, y generan importantes déficits de ingresos para Marruecos», escribe el semanario ‘Le Temps’. Allal al Maleh, director del diario ‘Al Bayane’, resume la esperanza de muchos en el reino magrebí: «Depende ahora de nosotros, los marroquíes, saber sacar el mejor provecho de todas las ventanas que se nos abren».

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