Los vecinos de Iztieta advierten de que el conflicto puede volver a "saltar en cualquier momento"

gurekin avisa de la apertura de dos nuevos locales regentados por magrebíes. La asociación aprecia "abandono" y "desprecio" en la actitud del Ayuntamiento de Errenteria con el barrio.

Diario de noticias de Gipuzkoa, i. salbide , 06-03-2010

Ocho meses después de que los vecinos de Iztieta, en Errenteria, decidieran salir a la calle para denunciar el creciente aumento de la delincuencia en este barrio, la asociación Gurekin ha advertido de que el conflicto “puede volver a saltar en cualquier momento”. Los residentes se confiesan “alarmados” y “enfadados” porque creen que los problemas de convivencia en esta zona continúan vigentes, mientras “las autoridades no toman medidas” para solucionarlos.

La apertura de dos nuevos locales regentados por magrebíes el pasado mes de febrero ha vuelto a encender la mecha debido, fundamentalmente, a las “irregularidades” apreciadas por los vecinos en su puesta en marcha, lo que, en su opinión, representa una actitud de “abandono” y “desprecio hacia Iztieta” por parte del Consistorio. Y es que durante las reuniones que el alcalde de Errenteria, Juan Carlos Merino, mantuvo con cerca de 400 vecinos de la zona el pasado septiembre, “el alcalde se comprometió a observar con total escrupulosidad el funcionamiento y lo relativo a estos locales, para evitar los problemas que de allí pudieran derivarse”, aseguran los representantes de la asociación vecinal.

Uno de estos establecimientos ha sido reabierto en la calle Astigarraga, en el local hasta hace escasos meses ocupado por un bar regentado por magrebíes que “se constituyó en el epicentro de la protesta vecinal el pasado verano”. Según Gurekin, fuentes municipales les han confirmado que “no tiene licencia para su actividad actual”, al igual que su antecesor, abierto en 2005, que “tampoco había contado con la preceptiva licencia”. “¿Qué privilegio es aquél por el que alguien pueda abrir sin licencia correspondiente a su actividad?”, se preguntan los vecinos.

En el segundo, ubicado en la calle Donostia, se están realizando obras “para convertirlo en locutorio”, una actividad para la que “no existe reglamentación municipal”. El Ayuntamiento, sin embargo, avisa de la “dificultad” de impedir su apertura, lo que los vecinos califican de “negligencia y falta de interés” hacia el barrio.

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