Sueño americano de miles de emigrantes hondureños termina al norte de México

Prensa Libre, 06-03-2010

NUEVO LAREDO, México (AFP) –
Agobiados por la crisis política y económica que se vive en su país, más de 21.000 hondureños se internaron el año pasado en territorio mexicano con la idea de poder llegar a Estados Unidos, encontrando en el camino robos, abusos y hasta la muerte.


“Venía con un amigo, tratamos de cruzar el río en un neumático que nos vendieron en 200 pesos (15 dólares) y a la mitad del paso, él se hundió en el agua y ya no volvió a salir”, explica Carlos Rodríguez, originario de El Valle en Honduras, quien da gracias a Dios por sobrevivir.


Rodríguez, al igual que muchos de su nacionalidad, salió en busca de alcanzar el “sueño americano” y después de dos meses de viaje en tren por territorio mexicano espera regresar a Honduras, ante la imposibilidad de adentrarse en Estados Unidos, tema sobre el cual prefiere no ahondar.


Rodríguez explica que tras la muerte de su compañero de viaje, decidió regresar al lado mexicano y salió desnudo a tierra para pedir ayuda.


“Las cosas no son fáciles y a quienes me han hecho un mal les pido que recapaciten porque la vida solo es una”, indicó recogiendo con su tono de desesperación el cansancio ante todos los obstáculos que ha afrontado.


Una historia similar narra Elmer Javier Canales, también hondureño, cuyo viaje se vio interrumpido en Tabasco, noroeste de México, donde fue asaltado. Ambos están ahora en un refugio apoyado por la iglesia Católica.


Según cifras del estatal Instituto Nacional de Migración (INM), en 2009 fueron capturados 60.143 extranjeros que ingresaron clandestinamente, en su mayoría buscando llegar a Estados Unidos. Uno de cada tres es hondureño.


Tan sólo en 2009 el INM deportó a 21.589 hondureños. Por nacionalidades constituyen el segundo grupo más numeroso, después de los provenientes de Guatemala (26.943) y superando ampliamente a quienes ingresan desde El Salvador (9.297).


Pero muchos ni siquiera corren con la oportunidad de ser deportados y pierden la vida al intentar llegar a Estados Unidos.


Así ocurrió a fines de enero a dos salvadoreños y un hondureño que perecieron en el estado de Oaxaca (suroeste), tras sufrir dos asaltos, en el último de los cuales dos mujeres fueron violadas, según relataron a la prensa.


El gobierno mexicano comenzó una investigación y dos policías federales fueron detenidos tras ser identificados como parte de los agresores.


Aunado a los abusos policiacos, los ‘Zetas’, una banda conformada por antiguos militares y aliados del cártel del Golfo, mantienen el terror entre los migrantes indocumentados, a los que asaltan, secuestran o asesinan.


“La situación está muy difícil, ya no se puede cruzar a Estados Unidos como antes, la vigilancia es más”, admite Canales, deseoso de volver a Honduras, aunque admite que la crisis desatada tras el golpe que sacó del poder a Manuel Zelaya en junio pasado ha complicado la situación en su país.


“Hay meses que no hay trabajo. Todo el tiempo hemos tenido problemas políticos y los que siempre estamos afectados somos la gente del pueblo”, puntualizó.


El sacerdote Jean Antonio Baggio, titular de la Casa del Migrante en Nuevo Laredo, cree que pese al riesgo que corren en México los hondureños seguirán llegando.


“Esperamos que el flujo de hondureños aumente conforme pase el tiempo, ya que muchos han salido de ese país motivados por la crisis política y económica, todos buscan el sueño americano”, explicó.

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