España estrena este fin de semana su primera cumbre de la Presidencia de la Unión Europea y todo apunta a que no será tranquila. Aminatu Haidar ha elegido la cita en Granada para romper un silencio que llevaba a rajatabla desde que regresara a El Aaiún (capital del Sahara Occidental) el pasado 17 de diciembre, 32 días después de iniciar una huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote.

La activista saharaui se ha propuesto aguar la fiesta a Marruecos. La delegación alauí, encabezada por el primer ministro, Abbas El Fassi, y una nutrida representación de empresarios, celebrará en La Alhambra su primera reunión de la historia con la UE. El objetivo es dotar de contenido el llamado «Estatuto Avanzado» otorgado a Rabat bajo la Presidencia francesa y que confirma el acercamiento de Europa a Marruecos.

Fuentes próximas a la activista saharaui han confirmado a este periódico que Haidar intervendrá el domingo en la Conferencia Internacional de Apoyo al Pueblo Saharaui, que se celebrará en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada, y en la posterior manifestación que recorrerá la ciudad bajo el lema «¡Sin libertad ni derechos humanos!, ¡No al estatuto con Marruecos!».

Está previsto que en su discurso, que será retransmitido a todo el mundo, Haidar revele «nuevas informaciones sobre la dura realidad del Sahara Occidental ocupado». La «Gandhi saharaui» está en España desde el pasado 19 de enero, cuando dejó El Aaiún para recibir tratamiento médico en La Paz por las lesiones causadas por el largo ayuno y su paso por las cárceles marroquíes. Fuentes diplomáticas informaron ayer de que Haidar, de 42 años, también ha aprovechado para renovar su pasaporte marroquí en el consulado de Sevilla «con toda normalidad». La activista, que no ha vuelto a mantener contacto alguno con el Gobierno, también tramita estos días la renovación de su permiso de residencia en España, que «va según lo previsto».

El Gobierno tiene en su agenda tratar en la cumbre el asunto del Sáhara, los derechos humanos y las reformas emprendidas por Mohamed VI en los últimos años. En Moncloa no consideran que las protestas saharauis vayan a deslucir un encuentro que califican de «muy importante tanto para Europa como para Marruecos» ni  a estropear una relación que es «muy sólida». Las mismas fuentes consideran que el Reino alauí ha avanzado en la senda de la democratización en campos como «el estatus de la mujer, el código de familia o la participación políticas» aunque aún queden flecos, sobre todo en asuntos como la libertad de expresión.