El derechista y populista Geert Wilders comenzó ayer su esperada escalada que debe llevarle a unos resultados espectaculares en las próximas elecciones generales en Holanda, adelantadas al 9 de junio tras la caída del Gobierno hace dos semanas. En los comicios municipales que se celebraron ayer, el Partido de la Libertad (PVV) de Wilders solo se presentó en dos ciudades (de 394 municipios en total), La Haya y Almere, que precisamente fueron las que registraron una mayor participación.
Aunque los primeros resultados no se conocerán hasta hoy, sondeos previos y anoche a pie de urna indicaban que la formación de Wilders podría salir como la mayor fuerza política en ambas ciudades. La Haya (488.000 habitantes), es la sede del Gobierno, mientras que Almere (188.000 habitantes), una ciudad relativamente nueva, construida en 1970 en un polder. Ambas tienen un alto índice de inmigrantes. Las críticas a las masiva presencia de inmigrantes en Holanda, sobre todo los musulmanes, son la base del discurso político de Wilders. Todas las grandes ciudades, pero también poblaciones medianas, sufren los últimos años cada vez más la violencia de grupos de jóvenes, sobre todo de origen marroquí.

24 ESCAÑOS EN EL PARLAMENTO/ La empresa de sondeos Synovate realizó ayer una encuesta a pie de urna preguntando a los votantes por qué partido optarían si fueran elecciones generales. Según estos resultados, el PVV de Wilders subiría de 9 a 24 escaños, aunque aún quedaría por detrás de los democristianos del premier saliente, Jan – Peter Balkenende, con 29 (pierde 12) y los socialdemócratos que acaban de salir del Gobierno con 27 (tenían 33).
En un día con muchas medidas de seguridad pero sin incidentes, cientos de votantes holandeses acudieron a los colegios electorales con un pañuelo en la cabeza, como protesta contra una de las polémicas medidas que ha anunciado Wilders si gana en La Haya y Almere. El político, opositor manifiesto del islam, quiere prohibir que mujeres musulmanas lleven el pañuelo en cualquier oficina pública de las dos ciudades. La protesta, convocada en La Haya, fue seguida en algunos otros municipios.